El papa Francisco extendió este lunes el permiso para que todos los curas puedan absolver a las mujeres que cometen “el grave pecado” del aborto, permiso que ya había otorgado durante el recién terminado Año Santo de la Misericordia.
“No hay pecado que la misericordia de Dios no pueda alcanzar y borrar cuando encuentra un corazón arrepentido que busca la reconciliación”, escribe el papa en su carta apostólica Misericordia et misera, el documento de conclusión del Jubileo extraordinario, publicada este lunes.
El papa establece también en su carta el deseo de “reiterar tan firmemente como puedo que el aborto es un pecado grave, porque pone fin a una vida inocente”.
En el pasado, el poder de absolución estaba solo en manos de los obispos que podían oír la confesión de una mujer o delegar a un sacerdote experto en el tema.
Ahora, con esta decisión, el papa parece aplicar nuevamente su visión de una iglesia misericordiosa hacia las mujeres que, como ha escrito en el pasado, han sentido no tener otra opción que “tomar esta agonizante y dolorosa decisión”.
“Que cada sacerdote, por tanto, se convierta en guía, apoyo y consuelo para los penitentes en este viaje de reconciliación especial” para los fieles que han tenido abortos, escribió Francisco.
El papa también extendió otras disposiciones que había autorizado durante el Jubileo como la de absolver los pecados a los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X, los llamados "lefebvrianos" o seguidores de Marcel Lefebvre, que no reconocen las novedades introducidas en el Concilio Vaticano II, por lo que están fuera de la Iglesia desde 1988.