"Dí este paso en completa conciencia de su gravedad y rareza, pero también con profunda serenidad", dijo el Papa a la multitud.
Unas 50.000 personas habían solicitado entradas para asistir a la última audiencia semanal de los miércoles que usualmente se realiza bajo techo, pero los medios italianos estimaron que la multitud era de por lo menos 150.000.
Sentado en un trono de marfil en las gradas de la Basílica de San Pedro, el Papa reconoció algunos de los momentos difíciles de su papado en los que "hubo momentos en que las aguas se agitaron y hubo fuertes vientos", según dijo.
Al terminar su discurso, la multitud, incluyendo algunos de los cardenales que ya se han hecho presentes en el Vaticano para participar en el cónclave que habrá de escoger a su sucesor, le ovacionaron de pie.
Cuando ya restan sólo horas para que el papa Benedicto XVI deje de serlo –su renuncia se hace efectiva a las ocho de la noche de este jueves 28 de febrero (hora del Vaticano) — todavía sigue siendo una incógnita cuáles serán los efectos reales de su dimisión en la Iglesia católica.
El Departamento de Estado de EE.UU. se pronunció ante el inminente retiro de Benedicto XVI.
"Los Estados Unidos envía sus mejores deseos a su santidad el papa Benedicto XVI al salir del Vaticano, después de años de servicio y dedicación a Dios, a la Iglesia Católica y a la paz mundial", dijo en un comunicado la entidad gubernamental.
Además de mantener a Joseph Ratzinger "en sus horaciones", la agencia estadounidense aseguró que espera "continuar nuestra importante relación con el Vaticano y el trabajo con el nuevo Papa para fomentar el diálogo y promover los derechos humanos y la dignidad humana en todo el mundo".
Últimas decisiones
Por lo pronto, antes de retirarse para entregarse por entero a “la oración”, según dijo el domingo cuando por última vez se le vio en la Plaza de San Pedro para rezar el Ángelus, el sumo pontífice tomó dos decisiones de peso.
La primera atañe precisamente a su sucesión, y aunque aún no hay indicios precisos de quién pudiera ser el próximo papa, al menos ha concedido al Colegio Cardenalicio mediante una bula, Motu Proprio, la potestad de adelantar el cónclave antes del 15 de marzo para elegir al nuevo Santo Padre.
La otra tiene que ver con los escándalos que en los últimos meses sacudieron al Vaticano y dictamina que el informe sobre la filtración a la prensa de documentos confidenciales suyos permanecerá en secreto para ser puesto en las manos del futuro pontífice.
La propia prensa italiana, que ha bautizado el affaire de los documentos del papa como “VatiLeaks” ha difundido interpretaciones divergentes sobre la decisión de Joseph Ratzinger, y se ha hecho eco tanto de quienes la ven como un gesto de suprema humildad y valor como de los que la consideran un acto de rendición ante los escándalos.
Benedicto XVI, que en mes y medio cumplirá 86 años, dijo que espera seguir sirviendo a Dios de una manera más acorde a su “edad” y sus “fuerzas” y aseguró que no abandonará a la Iglesia, que sin embargo queda a merced de una crisis que ha sacudido con fuerza sus sólidos cimientos tras innumerables casos de sacerdotes involucrados en abusos sexuales.
Algunos incluso han visto la renuncia y los discursos que pronunció antes de su partida, y en los que reiteradamente pidió una “renovación” real de la Iglesia, como gestos que obligarán a los 1.200 millones de católicos del mundo a revisar su conciencia y también como acontecimientos propicios para que el Vaticano se libre de intrigas.
La misma posibilidad de que el nuevo papa sea un cardenal de América Latina, de Norteamérica o de Asia es vista como una oportunidad de renovación.
Del otro lado están las acerbas críticas más que contra la Iglesia contra el Vaticano, como el que lanzó la semana pasada el diario italiano La Repubblica, que bajo el titular de "Sexo y carrera, los chantajes en el Vaticano detrás de la renuncia".
El periódico afirmó que un documento sobre el caso “VatiLeaks” fue el que desató la renuncia de Benedicto XVI, a lo que el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, respondió: "Fantasías… invenciones”.