Los venezolanos están almacenando alimentos y dejando en suspenso sus proyectos en medio de una mezcla de fervor y desasosiego de cara a unas elecciones legislativas del domingo, que podrían arruinar en las urnas el récord electoral casi perfecto del Partido Socialista Unido de Venezuela.
Las encuestas indican que la votación podría dar a la oposición el control de la Asamblea Nacional por primera vez desde 1998 en vista de que mucha gente que apoyó la revolución que puso en marcha Hugo Chávez está cansada de la criminalidad, la escasez de todo tipo de productos y de una altísima inflación.
Los socialistas cuentan actualmente con 99 de las 167 bancas legislativas, pero algunos estimados señalan que la oposición podría estar muy cerca de alcanzar una mayoría absoluta de dos tercios. De conseguirla, ganaría fuerza una campaña para desalojar de la presidencia a Nicolás Maduro.
Es posible también que la oposición logre un triunfo abrumador en el voto popular, pero que no le dé la mayoría absoluta porque el sistema electoral favorece a distritos rurales poco poblados en detrimento de las zonas urbanas donde la oposición es más fuerte.