Venezuela podría añadir 450.000 barriles de petróleo al día en el corto plazo a su producción de crudo, en una nueva etapa que podría incluir el regreso de empresas extranjeras a la industria si se concretan acuerdos políticos significativos en México, opina José Toro Hardy, exdirectivo de la estatal PDVSA y experto analista en el sector de hidrocarburos.
La Casa Blanca anunció esta semana la flexibilización de algunas sanciones económicas contra el gobierno de Nicolás Maduro para facilitar la reanudación de las negociaciones en Ciudad de México, con la facilitación de Noruega.
Esos anuncios incluyen la posibilidad de empresas como la petrolera estadounidense Chevron, la única presente con operaciones mínimas en Venezuela, de debatir directamente con la administración de Maduro su rol futuro en el país suramericano. Esa posibilidad estaba vetada desde 2020.
Esos pasos de Washington generaron desencuentros entre voceros políticos y económicos de Venezuela. Algunos creen que benefician a Maduro, mientras otros los ven positivos para destrabar la crisis institucional del país.
Toro Hardy, por su parte, lo ve como parte de una nueva fase de la estrategia del garrote y la zanahoria de parte de la presidencia de Joe Biden. En este caso, sería una elección de petróleo y acuerdos políticos o sanciones económicas.
“La capacidad de aumento de la producción petrolera en el corto plazo es relativamente limitada, quizás en 450.000 barriles diarios. Eso se puede hacer en un año con una inversión de 3.000 o 4.000 millones de dólares”, comenta Toro Hardy sobre esa posible fase en conversación con la Voz de América.
Precisa que, especialmente en el occidente del país, en la cuenca del Lago de Maracaibo, en el estado venezolano de Zulia, existen pozos petroleros “vandalizados” o en desuso desde hace años que pueden recuperarse “más rápidamente” si se avanza en acuerdos políticos y económicos.
Inversiones millonarias
Venezuela produjo en abril pasado 775.000 barriles por día. Su peor año de cuotas petroleras fue 2020: entre los efectos de la pandemia por COVID-19 y las sanciones extranjeras, solo trabajó un promedio de 527.000 barriles diarios.
El país era considerado una potencia petrolera cuando el expresidente socialista Hugo Chávez asumió el poder en 1999. La producción de PDVSA rozaba los 3,2 millones de barriles de petróleo al día. Esas cifras se fueron reduciendo por turbulencia política interna, la falta de obra calificada y de mantenimiento de las infraestructuras, corrupción y expropiaciones de empresas de servicio.
Los números rondaban los 2,5 millones de barriles diario cuando Maduro ganó la presidencia, en 2013. Desde entonces, la caída de la industria fue paulatina.
El país suramericano produjo en abril pasado 775.000 barriles por día, es decir, que los 450.000 barriles que se sumarían en una nueva fase, según Toro Hardy, totalizarían cerca de 1,2 millones barriles de petróleo por jornada en sus cifras.
Si se desea aumentar la cuota de producción, las inversiones deben ser elevadísimas y estar protegidas por una seguridad jurídica hoy escasa en Venezuela, apunta. “Se necesitan 25.000 millones de dólares durante cada uno de los próximos años para regresar a lo que producíamos hace 20 años”, afirma.
El gobierno venezolano no tiene semejante capital y solo acuerdos alcanzados en la mesa de negociación de Ciudad de México y en la relación bilateral con Estados Unidos y otras naciones podrían garantizar ese dinero, opina.
El avance de los acuerdos petroleros pasa por el levantamiento de sanciones y estas, a su vez, dependen de logros “concretos” en las negociaciones de México, advirtió este jueves Juan González, asesor del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca y uno de los principales voceros de Washington sobre Venezuela.
Venezuela depende actualmente de la producción de crudo extrapesado en la Faja del Orinoco, en el oriente del país. Ese producto no puede comercializarse sino mediante su procesamiento en plantas mejoradoras, inoperativas, y Caracas ha recurrido a Irán para usar sus diluyentes para esas mezclas.
“La idea es retomar la producción de otro tipo de crudos. Tenemos enormes reservas de petróleo de mucha más calidad que la Faja del Orinoco”, dice Toro Hardy. Venezuela es considerada la nación con más reservas de crudo del mundo, con cerca de 300.000 millones de barriles en su subsuelo.
La hora del "giro"
Este momento es idóneo para dar “un giro” a la industria petrolera venezolana, cuando se espera que haya precios elevados del barril de crudo durante dos años, advierte el economista especialista en ese sector, Rafael Quiroz.
El petróleo “sigue siendo la principal fuente de divisas” de Venezuela, remarca Quiroz, uno de los 25 firmantes de una carta abierta al presidente Joe Biden que le pedía aliviar sus sanciones, en comentarios compartidos con la VOA.
El experto petrolero subraya que Venezuela no ha podido aumentar su producción sino solo en la Faja del Orinoco y gracias a la ayuda de Irán.
Una recuperación notoria de su cuota diaria de barriles de petróleo solo sería posible reactivando las operaciones de las empresas mixtas y modificando las licencias de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros de Estados Unidos, dice.
Para ese eventual escenario, coincide con Toro Hardy, son necesarias condiciones jurídicas y fiscales “más ventajosas”. “Invertir en Guyana, Surinam y Brasil e incluso en las lutitas estadounidenses puede ser mucho más atractivo que hacerlo en Venezuela”, en la actualidad, complementa.
Las operaciones de terceros y no meramente de PDVSA es “el punto crucial” de esa posible etapa de mayores operaciones en los campos petroleros, estima.
El gobierno de Maduro ha prometido reiteradamente que su objetivo es producir un promedio diario de 2.000.0000 de barriles antes de 2023. Esa meta es ilusoria e imposible de alcanzar, según economistas independientes.
Quiroz asegura que la “brecha” de crudo en Estados Unidos por la agresión armada de Rusia contra Ucrania y el consecuente veto de la energía rusa la están solventando los mercados de Canadá, Colombia, Ecuador, Brasil e Irak.
“Esta corriente puede consolidarse y dejar para después una oportunidad dorada para Venezuela”, advierte el experto en sus declaraciones.
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