La estatal Refineria di Korsou (RdK) de Curazao ocupó el viernes una terminal de almacenamiento de petróleo en Bonaire por una disputa de pagos con la venezolana PDVSA, dijo un funcionario de la compañía en Willemstad.
Curazao buscará la aprobación de una corte holandesa para vender Bonaire Petroleum Corp (BOPEC) y su terminal de almacenamiento de 10 millones de barriles de crudo, en caso de que no reciba lo adeudado por PDVSA, dijo Marcelino de Lannoy, director gerente de RdK, en una declaración difundida en un video.
De Lannoy no detalló el monto que adeuda PDVSA y no pudo ser contactado de inmediato para obtener más comentarios. Ni PDVSA ni el gerente general de BOPEC, Reginald Pinto, respondieron a las solicitudes de comentarios.
PDVSA y el gobierno venezolano adeudan miles de millones de dólares a sus acreedores, montos que han subido en los últimos años a medida que la economía de la nación OPEP, que en el pasado recibió ingentes recursos por exportaciones de crudo, colapsó y puso en riesgo muchos de los activos de la petrolera en el exterior.
La estadounidense ConocoPhillips obtuvo en 2018 una orden judicial que congeló los inventarios de PDVSA en Bonaire y otras islas del Caribe para tratar de cobrar un laudo arbitral de 2.000 millones de dólares, aunque la orden se retiró más tarde.
En una declaración en video dirigida a los trabajadores de BOPEC, de Lannoy dijo que RdK tendrá en cuenta sus intereses “siempre que esto sea posible”.
Si la petrolera venezolana no respeta sus obligaciones “a RdK no le queda otra alternativa que usar su derecho de vender las instalaciones en una subasta pública”.
El año pasado, RdK finalizó el contrato que tenía PDVSA para operar en Curazao su refinería Isla, con capacidad de 335.000 barriles por día.