“¿Por qué tengo los mismos deberes y no los mismos derechos?” o “por el derecho a vivir sin miedo, culpa ni vergüenza”, son algunas de las consignas que, junto al símbolo del orgullo gay, integrantes del movimiento LGTBI expusieron el lunes en una manifestación en las inmediaciones del Tribunal Supremo de Justicia en Caracas.
Los activistas se concentraron para rechazar que hasta el momento no se haya dado respuesta a un proyecto de ley de matrimonio igualitario introducido ante la Asamblea Nacional (en ese entonces de mayoría chavista) en el año 2014.
Giovanni Piermattei, presidente de la organización Venezuela Igualitaria, asegura que el artículo 44 del Código Civil venezolano es “inconstitucional” y el único instrumento jurídico que se “interpone” en el matrimonio entre personas del mismo sexo.
“El matrimonio no puede contraerse sino entre un solo hombre y una sola mujer. La Ley no reconoce otro matrimonio contraído en Venezuela sino el que se reglamenta por el presente Título, siendo el único que producirá efectos legales, tanto respecto de las personas como respecto de los bienes”, establece el artículo.
A juicio de Piermattei, el poco avance en la materia guarda relación con el “poder” de grupos religiosos.
“Que tienen los movimientos cristianos evangélicos en el grupo de gobierno en los partidos que forman parte de la militancia de grupos de gobierno que hace mucho peso y que están infiltrados en todas las instituciones del Estado”, afirmó.
Miembros de la comunidad LGBTI consideran que, entre otros factores, no se ha avanzado en la materia porque los ciudadanos están enfocados en sortear la crisis política, social y económica, pero insisten en exigir su derecho.
“Se trata de un tema de dignidad, creo que todas las personas tienen derecho a poder casarse con la persona que ellos desean. Le están negando un derecho humano a las personas”, expuso Edo Velásquez durante la manifestación.
En 2020, el presidente Nicolás Maduro dijo que dejaba en manos del Parlamento el tema del matrimonio igualitario. Sin embargo, no se trata de una prioridad en la agenda gubernamental.
En marzo del año pasado la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) divulgó un comunicado en el que llamó a los fieles católicos a “hacer sentir su voz” y unir esfuerzos para “impedir” la aprobación de leyes que permitan el matrimonio igualitario o la despenalización del aborto.
Tras referirse al artículo 77 de la Constitución que “protege el matrimonio entre un hombre y una mujer”, la CEV insistió en elevar una voz de defensa de los “valores humanos”.
Hasta el momento los países suramericanos que reconocen las uniones entre personas del mismo sexo son Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Ecuador y Uruguay.
(Con la colaboración de Álvaro Algarra)
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