El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y la oposición afrontan el jueves un momento crucial ante la convocatoria de una huelga nacional, la primera desde un paro de 2002 que no logró derrocar a su predecesor, el fallecido Hugo Chávez.
La Mesa de la Unidad Democrática reiteró el llamado a empresarios, comerciantes, empleados públicos y del sector privado para que no asistan a sus puestos de trabajo, no hagan diligencias y a que tranquen las calles y avenidas.
El problema para los opositores es que tras 15 años de gobierno socialista —con Chávez primero, y ahora con Maduro— el oficialismo controla amplios sectores de la economía venezolana, lo que complica que se paralice el país.
El objetivo de la oposición será algo más asequible sin embargo porque gran parte de la economía nacional está ya estancada por una drástica caída de los precios del petróleo y años de corrupción y mala gestión.
Fedecámaras
El mayor grupo empresarial del país, Fedecámaras, ha evitado respaldar plenamente la huelga, pero sus miembros dijeron a sus empleados que no serán sancionados si no acuden a sus puestos.
Fedecámaras jugó un papel central en un paro que se prolongó durante meses en 2002 y 2003, orquestado por los rivales de Chávez, tanto en política como en la empresa privada, para intentar derrocarlo.
Chávez superó la situación y amplió su control sobre el sector privado con años de expropiaciones, estrictas regulaciones e importaciones financiadas con dinero del petróleo para reemplazar la producción local. Grupos empresariales estiman que 150.000 empresas venezolanas cerraron sus puertas en los últimos 15 años.
“Este es un paro cívico, el que quiera trabajar que trabaje y el que se quiera detener que se detenga", dijo el presidente saliente de Fedecámaras, Francisco Martínez.
Su recién elegido sustituto, el economista Carlos Larrazábal, señaló que la huelga tendría una duración limitada para no empeorar la grave escasez de comida y otros productos básicos que afecta al país.
"Los niveles de abastecimiento que hay en la actualidad son muy precarios. Si se afectan las cadenas de suministro más allá de lo que están, podríamos tener mayor problema de abastecimiento".
Sindicatos y el gobierno
Por su parte, la Confederación de Trabajadores de Venezuela, un sindicato ligado a la oposición, explicó que al menos 12 de los 20 colectivos de todo el país que lo integran habían decidido participar en el paro. Los trabajadores de transporte en la capital, Caracas, anunciaron también que irán a la huelga.
Por el contrario, las industrias gestionadas por el gobierno seguirán abiertas y el Ministro de Trabajo, Nestor Ovalles, dijo que el gobierno de Maduro castigará a las compañías que se unan al paro.
“No lo vamos a permitir y estaremos atentos a cualquier cierre intempestivo que viole el derecho al trabajo de la clase obrera del país", dijo Ovalles. "Las empresas que decidan sumarse al paro serán sancionadas”.
Está previsto que la huelga de 24 horas arranque a las 06:00 de la mañana como expresión de la desaprobación del país al plan de Maduro de convocar una asamblea constituyente que reforme el sistema venezolano para consolidar el poder del partido gobernante sobre las pocas instituciones que no controla.
La oposición está boicoteando la elección del 30 de julio de la que saldrán los miembros de la asamblea.