En una Caracas, sin ciclovías y con calles de asfalto deterioradas, una joven viaja en patines para entregar medicinas a domicilio. La escasez de gasolina en el país petrolero ha promovido el empleo de vehículos de tracción sanguínea para cumplir con estos servicios
A través de una aplicación, Diana White se conecta con farmacias que necesitan enviar medicinas o productos de higiene a quienes, por las medidas de confinamiento, no pueden salir de sus hogares.
"Esto comenzó porque tenía una amiga que me preguntó si conocía ciclistas porque necesitaban, por el problema de la gasolina, tener ciclistas como 'delivery'. Y yo le dije: 'bueno pero yo no soy ciclista, pero soy patinadora. Si es para repartir medicinas, yo puedo'", relató a la Voz de América.
Gana un dólar por cada entrega, pero en Venezuela ese monto es equivalente a 15 días de salario mínimo. Sin embargo, -afirma-, es más que un empleo.
"Lo veo como un apoyo a la sociedad porque las personas a las que yo les he llevado medicinas son personas mayores que temen salir a la calle por contagio de coronavirus", explicó.
Por la cuarentena, las actividades al aire libre en Venezuela están restringidas. Los parques están cerrados y, por tanto, este servicio es, a su juicio, una oportunidad para volver a patinar.
"Siento que todos los deportistas estamos así. Ahorita estamos pasando por un momento que no podemos salir a hacer deportes y eso nos tiene (...) Es un poco frustrante", dice la joven patinadora.
Hacerlo, afirma, también tiene limitaciones en una ciudad como Caracas.
"Es un poco complicado porque, aparte de que no hay cíclovias, las calles son un poquito rústicas", confiesa.
Así como ella, otros venezolanos se han unido a estas entregas a domicilio en medios como bicicletas para tener un ingreso extra y sostenerse económicamente durante la cuarentena.