Una de las principales motivaciones de todo joven al graduarse, es poder trabajar para implementar sus conocimientos y lograr la, muchas veces ansiada, independencia. Pero, desde el momento de recibir el título universitario en las manos hasta lograr un empleo, son muchas las cosas que deben pasar: largas esperas, llamadas, entrevistas, hojas de vida y en el camino, se va perdiendo la esperanza.
Si bien en Venezuela no existen estadísticas claras que arrojen un porcentaje de desocupación en la población juvenil con años de escolaridad, la realidad apunta a que son miles los jóvenes que no encuentran un empleo formal, aunque tengan la capacidad. Las variables son diversas y pueden ir desde la situación política y económica, hasta la ausencia de oportunidades. Por esta razón y viendo la manera de acercar los sueños de las aulas de clases a la actividad formal, es que un venezolano crea Aula StartUp, una plataforma en línea que une el conocimiento de los profesores, el ímpetu de los estudiantes y las necesidades de las empresas, para crear una fórmula ganadora perfecta que puede resolver el problema de la desocupación juvenil y se adapta al nivel de crecimiento y presupuesto de los empleadores.
“Lo que sucede es que sí hay ofertas laborales, pero le exigen experiencia al estudiante y esa experiencia, no la tiene… y la misma no se logra resolver con el nivel de pasantía, porque las pasantías, al estar muy alineadas a la operación de la empresa, les dan acciones a los estudiantes que son muy operativas, muy técnicas, muy sencillas que realmente no les dan el conocimiento o la experiencia que les valide para acceder a ese empleo que ellos están aspirando”, explica Ricardo Padrón, creador de Aula StartUp, el porqué de su plataforma.
Y es que Ricardo también vivió en carne propia las esperas, las hojas de vida, las entrevistas y las negativas. Actualmente, vive en Paraguay; pero dice sentirse orgulloso que, gracias a su plataforma, miles de estudiantes, sobre todo venezolanos, a nivel mundial, puedan desarrollar soluciones con la ayuda de tutores y buenas oportunidades. “Hay que cambiar el chip de la empresa al pensar que no puede crecer por factores externos. ¡No… yo puedo crecer! – comenta Ricardo - Las limitantes que tengo para crecer es la capacidad de ejecución y el conocimiento que tenga para solucionar X problema. ¿Y ese conocimiento dónde está?. Pues en líderes profesionales que saben cómo hacerlo, pero no se han conectado con estas empresas. Lo que hace Aula StartUp es que logra llevar esa asesoría de estos profesionales expertos, a estas pymes, empresas pequeñas o StartUps, y les muestran las muchas oportunidades que no están haciendo y que podrían hacer (…) Entonces se genera una dinámica bastante interesante y atractiva para el estudiante, porque empieza a tomar responsabilidades, que no sólo lo acerca tal vez a ese empleo deseado, sino que también le aporta experiencia válida que le va a exigir el mercado laboral que está disponible”.
“Yo soy parte del 30%”
Con esta breve frase, Ricardo Padrón resume su deseo de regresar a Venezuela. Estadísticas demuestran que, solo el 30% de los que se van… regresan con conocimientos y ganas de implementarlos. “Yo soy parte de ese 30% y más. – comenta Ricardo – Y aspiro a que no sea sólo un 30% sino muchísimo más. Atrevernos a decir (que regresa) el 100%, ¿porqué no? Creo que en espíritu diremos que esta generación venezolana sí retornó y eso me emociona muchísimo”.
Uno de los deseos de Ricardo, con su plataforma Aula StartUp es ayudar a la juventud venezolana y lograr que “los estudiantes venezolanos tengan la oportunidad de acercarse o tener experiencias prácticas en empresas que están aplicando nuevos conocimientos, nuevas tecnologías, nuevos conceptos en distintas áreas… o sea que estén actualizados y que esto sea un proceso de aprendizaje para que ellos empiecen también a ser parte y participen en estos conceptos, y empiecen a imaginar cómo los pueden implementar desde Venezuela”, acota.
Aula StartUp fue uno de los emprendimientos escogidos por el Programa de Competitividad de la Universidad de Georgetown en Washington DC para estudio y capacitación como un modelo que destaca por su originalidad. Y es que como dice Ricardo, “de verdad que tenemos unas ganas de soñar impresionantes… y nos la creemos, y siempre estamos como ‘pa’ lante’. Yo quiero que mi generación lo viva y lo sienta… y siga siendo parte de nuestro ADN... Soñar en grande.”
