![Vista desde El Paraíso, hacia el oeste de Caracas, el 8 de julio de 2021. [Foto: Cortesía]](https://gdb.voanews.com/06958c60-d8c2-4adb-ac05-dc118d49e650_w250_r1_s.jpg)
Nuevos enfrentamientos armados entre fuerzas de seguridad y bandas criminales que, desde hace meses, asedian varias comunidades del oeste de la capital venezolana, mantienen en alerta a los habitantes de la ciudad que, desde el miércoles por la tarde, han debido abstenerse de circular por las inmediaciones de las zonas donde ocurren las balaceras que, según la prensa local, han dejado al menos cinco civiles muertos y varios heridos.
A través de su cuenta en Twitter, la Ministra para Relaciones Interiores, Justicia y Paz Carmen Meléndez anunció el despliegue de un nuevo operativo de "protección y resguardo" que contempla el control del transito en vías aledañas a las zonas donde ocurren los enfrentamientos y solicitó a la población evitar la circulación vehicular y peatonal.
“Los organismos de seguridad del Estado continúan desplegados en las zonas vulneradas por estos criminales y no descansarán hasta rescatar el control absoluto”, añadió.
El despliegue del operativo se realiza en las parroquias caraqueñas de: La Vega, Santa Rosalía, El Paraíso, San Juan y El Valle. Meléndez, de momento, no se ha referido al número de víctimas.
En tanto, Juan Guaidó, considerado presidente interino por decenas de países, reaccionó asegurando que, años atrás, las bandas fueron armadas por el gobierno del presidente Nicolás Maduro como “zonas de paz para el control social y hoy son descontrol total que arriesga la vida de todos y refleja el secuestro y la ausencia del estado en la cotidianidad”.
“Hoy nuevamente Caracas amanece como zona de guerra, contabiliza heridos y muertos, con el miedo de nuestra gente de salir de su casa producto de la acción impune de las bandas armadas”, agregó.
Con la consigna “no más balas”, distintas organizaciones se pronunciaron exigiendo el cese de una vida bajo lo que definen como un “Estado de terror”.
Hace casi un mes, el 12 de junio, la ministra Meléndez anunció un operativo en una de las parroquias anteriormente mencionada, La Vega, como parte del plan "de liberación de los grupos irregulares que han venido afectando a esta hermosa comunidad" y calificó el despliegue como una "victoria contundente".
En ese momento, detuvieron a 38 personas e incautaron "diferentes armamentos y sustancias ilícitas".
“No hay horario”
Vecinos de La Vega, Santa Rosalía, Santa Teresa y El Paraíso, algunas de las parroquias del oeste de Caracas conectadas por la Cota 905, una carretera ubicada como centro de operaciones de una de las bandas delictivas más consolidadas de la capital, ya no tienen una vida normal.
No saben el momento en el que comenzarán las detonaciones y cuándo inician sus vidas se paralizan; no pueden desplazarse para cumplir con sus tareas diarias y, en ocasiones, deben lanzarse al piso para evitar ser alcanzados por balas perdidas en sus hogares.
La cantidad de disparos y explosiones no fue normal para la media a la que estamos acostumbrados”
Mariana, vecina de El Paraíso
Mariana* vive en uno de los tantos edificios ubicados en El Paraíso y comenta a Voz de América que meses atrás, sabían que los tiroteos podían iniciar entre 5 y 6 de la tarde. Ahora no hay certeza, lo que la ha llevado a evitar caminar o comprar en las inmediaciones de su hogar.
“Puede ser a las 2:00 de la tarde en semanas flexibles, cuando hay un gentío en la plaza y de pronto empiezan los tiroteos. Lo que más nos asusta es eso, porque no sabes a qué hora inician. Tú puedes estar abajo buscando un delivery y de pronto puede empezar el tiroteo, no sabes ni siquiera qué hacer y eso es lo que nos da más miedo. Son horas donde hay gente moviéndose en la calle, entonces te da poco tiempo de reaccionar”, dice.
Mariana sostiene que, como ella, muchos vecinos no han podido salir de sus viviendas desde el martes y, otros, tuvieron que quedarse en casas de amigos en otros puntos de la ciudad ante la imposibilidad de regresar a la zona.
“No ha sido fácil, el enfrentamiento no se ha detenido. La parte más fuerte fue a eso de las 4:00 de la mañana, la cantidad de disparos y explosiones no fue normal para la media a la que estamos acostumbrados”, relata.
“Hay intervalos de silencio, entre 10 y 15 minutos y de pronto, empiezan las detonaciones”, detalla. Mariana agrega que los vecinos no tienen “idea” de la causa de las balaceras de las últimas horas.
Rosa* también vive en El Paraíso y comenta que los tiroteos han sido continuos, una situación que le ha impedido cumplir con su jornada laboral.
“Ha sido complicado porque, si bien uno está sentado haciendo teletrabajo, cuando los tiros se acercan y suenan en la pata de la oreja, además de que es difícil concentrarse, hay que tirarse al piso buscando resguardarse donde hay dos paredes”, explica.
Toda la mañana del jueves ella y sus familiares tuvieron que resguardarse en un pasillo que “está entre los cuartos y que tiene pared de lado y lado y está alejado de las ventanas”.
“Gracias a Dios al edificio no han llegado impactos de bala, pero sí se han acercado a los edificios de al lado. La Guardia estaba ingresando a un edificio para tratar de subir a la Cota y ahí empeoraron los disparos”, sostiene tras lograr acercarse brevemente a la ventana.
Están lanzando algo más que balas porque lo que suenan son explosiones; no sé si son granadas ni contra quién las estarían lanzando”
Rosa, vecina de El Paraíso
“Cuando nos empezamos a levantar los disparos cercanos continúan, los disparos nunca paran, sólo cambian de ubicación, se van moviendo. Están lanzando algo más que balas porque lo que suenan son explosiones; no sé si son granadas ni contra quién las estarían lanzando”, lamenta.
En conversación con la VOA Jesús Armas, dirigente político y vecino de una de las zonas afectadas, aseguró que los miembros de esas comunidades viven la situación con mucho temor y los afecta de diversas maneras.
“Está el tema psicológico, la angustia de escuchar las detonaciones, del temor de que una bala perdida entre en tu hogar. Por otro lado, está lo que mencionaba antes de la actividad comercial, muchos negocios pierden dinero por dos cosas, algunos porque cierran y otros porque sencillamente no pueden vender nada porque nadie se atreve a transitar en estos momentos de tiroteo”, expone.
En 2013, sectores del gobierno promovieron las denominadas “Zonas de Paz”, un programa que despejaba ciertas áreas de la presencia de funcionarios policiales y/o militares en ejercicio de sus funciones.
Con el paso del tiempo las bandas criminales que operan en zonas populares de la capital venezolana fueron cambiando hasta convertirse en estructuras “más sólidas, con un liderazgo y una jerarquía bastante clara”, que les han permitido perdurar en el tiempo, explicó recientemente a VOA Ronna Ríezquez, periodista investigadora, especialista en violencia policial, DDHH y crimen organizado.
*Usamos seudónimos para proteger la identidad de quienes accedieron a compartir sus testimonios con VOA.
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