Cientos de migrantes venezolanos se han visto obligados a utilizar los pasos ilegales para llegar a Colombia, unos para comprar medicamentos y alimentos, otros para buscar una salida hacia el interior de Colombia y países como Ecuador y Perú luego de varias semanas de largas caminatas.
“Si pasas algún tipo de mercancía que no se pase normalmente el costo puede ser de unos 20.000 o 30.000 pesos (equivalente aproximadamente a entre 5 y 8 dólares), pero si pasas un vehículo, una moto o un carro ya el costo debe ser mucho más elevado”, explicó a la Voz de América Carlos Rodríguez, un ingeniero en sistemas venezolano de 28 años de edad.
Rodríguez debe cruzar día a día la frontera por las llamadas trochas o pasos ilegales para poder llegar a Colombia y ejercer su profesión, con la que logra sostener el hogar en el que vive con sus papás y su esposa.
“Inicialmente no podíamos pasar, tuvimos que esperar tiempo hasta que fueron habilitando paso gradualmente para estudiantes, luego para trabajadores, buscar certificaciones para cruzar y luego buscar las trochas para poder pasar”, comenta el joven.
El temor de los que cruzan a diario estos pasos ilegales se da porque son controlados por grupos delincuenciales que no dudan en tomar justicia por su propia mano.
“Siempre hay un temor porque uno nunca sabe qué se puede encontrar allí, obviamente sabemos que no hay presencia de seguridad de ningún tipo entonces uno está a la suerte de cada quién”, apuntó Rodríguez.
Pero, ¿quién controla estos pasos ilegales por los que se mueven personas, mercancías y hasta narcotráfico?
“Los pasos los controlan civiles y militares de Venezuela, ellos son los que realmente toman las decisiones. Se dice que es la Guardia o el Ejército, pero en algunas ocasiones uno ve civiles y ellos dicen que el paso está cerrado y no pasa nadie”, respondió el joven.
Por lo pronto, el gobierno en disputa de Nicolás Maduro, sigue en su posición de mantener cerrada la frontera, bloqueada por unos contenedores en los puentes internacionales pare evitar el cruce de cualquier vehículo, o de los más de 2 millones de venezolanos que se encuentran en Colombia sin por el momento, poder regresar a su país.