Un documento reciente de los obispos católicos de Venezuela que critica un llamado a la abstención en las elecciones legislativas de diciembre, no es un patrocinio a las posturas del madurismo ni la oposición, dijeron analistas consultados por la Voz de América.
El comunicado emitido hace una semana por la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), advierte que la decisión de 27 partidos políticos de oposición de no participar en los sufragios no ha dado resultado en el pasado reciente.
“Esto no basta, deben asumir la responsabilidad de buscar salidas y generar propuestas (…) la sola abstención hará crecer la fractura político social en el país y la desesperanza ante el futuro”, expresaron los líderes religiosos.
En el texto, los arzobispos critican por “inmoral” el cúmulo de irregularidades en el proceso de convocatoria electoral, pero opinan que una “participación masiva” puede vencer “los intentos totalitarios y el ventajismo” del oficialismo.
Guillermo Tell Aveledo, doctor en ciencias políticas y profesor universitario, considera que el documento no es un endorso a ninguna de las fracciones en disputa por el poder en Venezuela.
“No hay patrocinio de la participación, no hay una defensa de la participación. Se pide que las elecciones sean libres y plenas, pero dicen que no basta con una abstención para promover el cambio”, explica en entrevista con la VOA.
En su opinión, no existe una posición unánime entre los obispos sobre las elecciones y el documento publicado a principios de mes refleja justo eso.
El oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela y otros movimientos minoritarios de oposición refrendan la votación de diciembre, pero la alianza de organizaciones que respaldan a Juan Guaidó como presidente interino han declarado que no se sumarán por considerar que es una “farsa electoral”.
Tell Aveledo señala que la Iglesia Católica aclara en su texto que no es una “secretaría espiritual” de la oposición y apenas llena de críticas al Palacio de Miraflores.
La buena recepción del comunicado eclesiástico entre el chavismo debe causar alarma entre los obispos, advirtió el académico.
El llamado G4, los cuatro principales partidos de la oposición, tampoco debe aspirar a traducir el comunicado de los obispos como “una bendición a medias de la abstención”, dijo. Además indicó que "como analista, no como ciudadano", no cree que la participación masiva sea un recurso suficiente para vencer al madurismo.
“El sistema está inclinado a beneficiar a quien tiene la mayoría territorial, que es el chavismo. Controlan más de 250 municipios” de 335 que hay, detalla.
Comunicado “sorpresa”
Pedro Urruchurtu, politólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela, observa que la opinión del arzobispado venezolano nada a contracorriente a lo expresado en oportunidades anteriores sobre las elecciones y el diálogo.
“Es una sorpresa, es un cambio radical a la posición muy firme que había tenido la CEV alrededor de las farsas de diálogo y la naturaleza del régimen”, indica el analista en conversación con la VOA. Catalogó de “confuso” el comunicado, alegando que llama tácitamente a enfrentar en elecciones a un gobierno que tiene nexos con la “criminalidad”.
Uchurrurtu anticipa que el gobierno interino de Guaidó aspire a hacer algún tipo de consulta popular informal, como la de julio de 2017, impulsado parcialmente por el llamado a la participación que hace la Iglesia.
Existen dudas políticas y legales sobre el destino político de Guaidó y del resto de diputados de oposición luego del 5 de enero de 2021, cuando entraría en vigor el nuevo Parlamento.
Los 27 partidos opositores que declararon su abstención en la votaciones de diciembre tampoco han revelado aún su estrategia a seguir.
“Si el gobierno interino parte de la lógica de legitimarse para continuar más allá del 5 de enero, el comunicado puede caerle muy bien”, destaca Urruchurtu.
Critica de antemano esa eventual evento. Estima que los principales postulados del estatuto del interinato de Guaidó no se han honrado y pone en duda que haya verdaderamente una participación masiva de los venezolanos.
“La fuerza viva del país estaba antes más inspirada y confiada, ni hablar de la migración”, añade, en referencia a los cinco millones de venezolanos que han abandonado el país desde 2015, según datos de las Naciones Unidas.
“Dio en el clavo”
Alfredo Coronil Hartmann, abogado, politólogo y quien ha respaldado a las nuevas autoridades designadas por el Tribunal Supremo de Justicia en su partido, Acción Democrática, asegura que ningún político puede aspirar a que la Iglesia declare una vía distinta al entendimiento, el diálogo y la negociación.
Cree que el documento de los obispos es “coherente y muy serio”. Desestima que alguien pueda criticarles a los religiosos su presunta ingenuidad.
“La Iglesia tiene 2.000 años existiendo. Son inteligentes, capaces. No se volvieron bobos de repente. La gente está harta de la situación del país, el país está deshecho y la gente lo que quiere es salir de esto”, asevera a la VOA.
Reprocha la tendencia entre algunos sectores opositores de “satanizar” a quienes luchan actualmente por una elección con condiciones y garantías.
“Si hay condiciones, yo voto y participo (como candidato). Ahora, si no las hay, no voy. No estoy para que me tomen el pelo a estas alturas”, subraya Coronil Hartmann, de 77 años, también diplomático.
El político interpreta que el comunicado eclesiástico abre un espacio de reconsideración de la postura abstencionista de la mayoría opositora.
“Es una rendijita para buscar una democratización real en Venezuela”, apunta.
Ramón Escobar León, doctor en derecho y profesor universitario jubilado, cree que el documento de los obispos debe leerse con el valor de la tolerancia.
En un reciente artículo de opinión, titulado “Los obispos y el 6D”, el experto recuerda que la Iglesia ha defendido los valores democráticos en el pasado político venezolano, como durante la transición de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez, en 1957 y 1958.
Escobar León insistió en entrevista con la VOA en que la Iglesia señala la falta de una visión estratégica que contemple el llamado “día después”.
“En ese específico punto, sí dio en el clavo. Da la impresión de que en ese comunicado intervinieron varias manos”, dijo, renuente a participar en las elecciones y en concordancia con lo dicho por el profesor Tell Aveledo.
“Pero quiero sacarle la parte buena, la de hacer el esfuerzo para elaborar un plan político basado en la unidad. Me sentiría cómodo si me abstengo (de votar), pero si tenemos un plan de qué vamos a hacer, de no quedar en el aire”, sugiere.