La oposición al gobierno en disputa de Nicolás Maduro experimentará un proceso de reconstitución de su liderazgo, de riesgo de persecución a sus líderes y de frustración de una porción de sus seguidores luego de las elecciones parlamentarias del próximo domingo, en las que no participará, advierten analistas políticos en Venezuela.
Veintiún millones de venezolanos están llamados a votar el 6 de diciembre para renovar el Parlamento, pero al menos 37 partidos que enfrentan al chavismo no presentaron candidatos por considerar que ese sufragio es un fraude.
La comunidad internacional, entre ella muy activamente Estados Unidos y la Unión Europea, coincide en que no hay garantías de transparencia ni postulados democráticos mínimos para los comicios legislativos del domingo. La oposición, no obstante, encara riesgos de corte político que amenazan la consecución de sus objetivos, esencialmente de la salida de Maduro del poder.
Nelson Chitty La Roche, abogado, analista y exdiputado, advierte sin cortapisas que los críticos de Maduro encararán lo que llama la “desconstitucionalización sistémica”, es decir, el reino de lo ilegal, y una “dictadura de nuevo cuño”.
“La oposición está desfigurada, debe reconstituirse, y la ciudadanía está ‘desciudadanizada’. Hay mucha gente simplemente dedicada a sobrevivir, que no voltea a ver la gestión común, está en el día a día de llevar comida a su casa en uno de los países más pobres del mundo”, comenta a la Voz de América.
A su juicio, la oposición deberá reaccionar a unas elecciones que probablemente gane el partido de gobierno, el Socialista Unido de Venezuela. “Pero, sin reacción ciudadana, no habrá realmente nada que valga la pena”, menciona.
Controversia por Guaidó
La eventual victoria y posterior control del Parlamento de parte del chavismo reflota preguntas sobre qué ocurrirá con un liderazgo opositor que tiene su fundamento en la Asamblea Nacional electa en 2015, como el de Juan Guaidó, su máximo vocero y juramentado como presidente interino del país en 2019.
Eglée González-Lobato, analista electoral y de asuntos políticos, espera que haya una crisis de liderazgo en Venezuela a partir del 5 de enero, fecha en la que debe instalarse el nuevo poder legislativo que se escogerá este domingo.
A su entender, el chavismo procurará “aniquilar” políticamente a Guaidó mediante juicios penales y negociaciones con sus críticos en el exterior. Esa misión traerá consigo un debate interino en la oposición, prevé.
“El G4 (cuatro partidos mayoritarios de oposición) será tal vez la arena política más complicada, controversial. Si bien pudiera mantenerse el apoyo de la comunidad internacional, se va a generar un debate sobre el gobierno interino”, opina en entrevista con la VOA.
González-Lobato valora que el apoyo de la comunidad internacional se afianzará más en una sociedad “que no tiene cómo expresarse por vías pacíficas” que en un espaldarazo al gobierno interino.
Chitty La Roche estima que, a partir del 5 de enero, muchos se preguntarán si Guaidó seguirá siendo el presidente interino del país. Apunta que asuntos de legitimidad como ese no deben dirimirse partiendo de los “presupuestos rígidos” de la institucionalidad, porque, a su juicio, “ya no la hay” en el país.
Cree que tanto la continuidad del actual Parlamento como de la administración de Guaidó estarán beneficiados por el chavismo, en específico, por las condiciones “groseras” de fraude en la votación del domingo.
“Son tantas las falencias que la comunidad internacional ya está clara de que eso es un simulacro fraudulento. Eso da sostén internacional. Un conjunto de 60 países advierte muy claramente de que se trata de una adulteración del sistema democrático. Le dará validez al liderazgo institucional de la Asamblea electa en diciembre de 2015 y a Guaidó, si resulta ratificado”, opina.
Chitty La Roche coincide con González-Lobato en que el chavismo promoverá juicios contra los diputados salientes, muchos de los cuales se encuentran ya en el exilio por la persecución de tribunales y jueces cercanos al madurismo.
Desánimo y negociación
La oposición ha convocado a una consulta popular que culminará el sábado 12 de diciembre en respuesta a las parlamentarias secundadas por el chavismo.
La iniciativa busca movilizar a la población dentro y fuera del país para preguntarle sobre la continuidad de Maduro, las parlamentarias y las “gestiones necesarias” ante la comunidad internacional para rescatar la democracia.
Pero la sociedad venezolana quedará frustrada tras las elecciones legislativas e, incluso, luego de la consulta popular opositora, observa Jesús Seguías, presidente de la firma de investigación de opinión pública Datincorp.
“Se está incrementando la frustración. A partir de enero, va a surgir un nuevo escenario político en el país con toda seguridad. Quedará sepultada la ruta de la insurrección militar, por inviable e inútil”, expone a la Voz de América.
Espera un escenario donde prevalezcan las negociaciones entre el chavismo, la oposición y actores de la comunidad internacional sobre una salida electoral.
“La gente está cansada de diagnósticos. No quiere saber cuál es el tipo de sufrimiento que está padeciendo. Los venezolanos quieren saber cómo resolvemos esto”, subraya.
Esa tendencia, augura, derivará en acuerdos para un nuevo Consejo Nacional Electoral y un cronograma de votaciones regionales y presidenciales que pudiera extenderse hasta 2022. Opina que, en esa ruta, la oposición arrasaría.
González-Lobato nota, sin embargo, que la oposición corre el riesgo de vivir una “disminución” y de debilitarse si el chavismo gana las legislativas del domingo.
“En el medio, espera una mayoría de la sociedad con una especie de depresión colectiva. Es el capital social. Hay que explicarle que los eventos políticos no ponen fin a la lucha por el rescate de la democracia”, resume la analista.