Hasta un mes han caminado algunos migrantes venezolanos, procedentes de Perú o Ecuador, para llegar a Cúcuta con el único fin de cruzar la frontera y retornar a su país. Pasan noches frías, otras calurosas, sin comida, en muchas ocasiones sin beber agua, a la espera de que el gobierno en disputa de Nicolás Maduro les autorice a ingresar en su país.
Jorge Gutiérrez es uno de los migrantes venezolanos que, durante más de 15 días, ha caminado para llegar a la frontera, pero que ahora debe dormir en la calle, a pocos metros de su Venezuela natal, porque Caracas solo permite el ingreso al país de 900 migrantes cada semana; 300 los lunes, 300 los miércoles y 300 los viernes.
Mientras que esperan el ingreso a Venezuela, pasan las noches “bajo la lluvia o el sereno”, como comenta Jorge a la Voz de América, algo que “para el venezolano no es fácil”, refiriéndose a las circunstancias, pero también a la búsqueda de trabajo, pues él se ganaba cerca de 1,5 dólares diarios recogiendo “potes y cartón en la calle”, lo que alcanza para comprarse dos panes y un jugo.
“Hay que guerrearla” expresa Rafaél Carvajal, migrante que tardó un mes caminando desde Perú para llegar a Cúcuta pero a quien, al igual que a Jorge, le toca esperar a que le autoricen el ingreso al país en el que nació y vivió la mayoría de su vida, para poder reencontrarse con su familia.
El coronavirus ha causado que miles de migrantes lleguen a Cúcuta para retornar a Venezuela, pues la pandemia ocasionó que sus trabajos informales ya no les dieran ingreso. Asimismo, se les hizo imposible seguir asumiendo las responsabilidades económicas de pagar arriendo y alimentación, por lo que prefieren “regresar a su país” y luchar en familia, reconoció Rafael.
Más de 76.000 ciudadanos venezolanos han cruzado la frontera hacia Venezuela, pero en los últimos días, la negativa de libre movilización que ha adoptado el Gobierno en disputa de Nicolás Maduro, ha causado lo que las autoridades colombianas denominan como un “embudo migratorio”.
El Secretario de Fronteras y Cooperación Internacional de Norte de Santander, Víctor Bautista, reconoció que esto es un latente peligro para la “propagación del coronavirus”, pues se llegó al punto de una aglomeración de más de mil migrantes en las calles de la frontera a la espera de poder cruzar a Venezuela.
Por ello, desde el domingo pasado, la Gobernación de Norte de Santander, en articulación con el gobierno nacional, organismos de cooperación internacional, las alcaldías, Policía y Ejército Nacional, pusieron en marcha la Estación Transitoria Sanitaria Tienditas.
Este complejo comprende cerca de 50 carpas dispuestas por la cooperación internacional, con todo el equipamiento de bioseguridad y sanitario para que los migrantes puedan permanecer hasta un “máximo de 48 horas mientras son retornados a su país” comentó el Secretario de Fronteras Víctor Bautista.