Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, no participará en elecciones y alista otra estrategia ante Nicolás Maduro. Henrique Capriles Radonski, ex candidato presidencial, llama a votar en diciembre. Esas diferencias, hechas públicas en los últimos días, han materializado el quiebre de la unidad opositora local, dicen analistas.
Guaidó, reconocido como mandatario de Venezuela por Estados Unidos y otros 60 países del mundo occidental, considera que las votaciones de diciembre para reelegir el Parlamento son un “fraude” y un “paredón” para la oposición.
Esta semana, Capriles Radonski, del partido Primero Justicia, acentuó sus críticas al líder de la Asamblea Nacional. Sin nombrarlo, lo llamó a dejar de “jugar” a ser gobierno y convocó al país a movilizarse para “no regalar” el poder legislativo al madurismo.
Su pronunciamiento se dio un día después de que el canciller turco, Mevlüt Çavusoglu, revelara que Capriles y otro dirigente de la oposición cercano a Guaidó, Stalin González, participaron en conversaciones con Turquía sobre las elecciones, sin la venia de Guaidó, pero con el conocimiento de Maduro.
María del Pilar García Guadilla, politóloga de la Universidad Simón Bolívar, considera que la reunión de Capriles Radonski y del diputado Stalin a espaldas de Guaidó, y el posterior comunicado del despacho del presidente interino, sella la ruptura de la unidad democrática en Venezuela.
“Finalmente, se rompe la unidad y aflora la lucha por los liderazgos”, expresa, en entrevista a la Voz de América. Resalta, además, la renuncia del legislador a su militancia en Un Nuevo Tiempo, miembro del llamado G4, como se apoda informalmente a los cuatro principales partidos de la oposición.
García Guadilla opina que los indultos a 110 presos políticos y diputados acusados penalmente por el chavismo, con el aparente concurso de Capriles Radonski como negociador, profundizaron las diferencias con Guaidó.
“El éxito alcanzado por Capriles para lograr estos indultos acentúa la brecha con Guaidó y dificulta los acuerdos entre dos de los líderes políticos de la oposición más importantes en estos momentos”, manifiesta.
Ve “cada vez más lejos” el pacto unitario al que convocó Guaidó a finales de agosto. Anticipa, además, la “competencia por el liderazgo de la oposición”.
Apoyo a ideas, no a líderes
La estrategia de Capriles Radonski es un desafío para Guaidó, opina Félix Seijas, analista, estadístico y director de la firma encuestadora Delphos.
“Lo que se plantea es un reto importante para Guaidó. Hasta ahora era la única figura opositora donde la gente depositaba la confianza. Ya esto plantea un acuerdo distinto. Hay otra opción y en la medida que represente el deseo de la gente, [Capriles] va a capturar personas”, explica a la VOA.
Seijas detalla que la opinión pública está muy polarizada entre quienes favorecen una salida pacífica y aquellos que apuestan por una salida más radical, de fuerza, negatoria de cualquier posibilidad electoral.
“Estas son posturas que no son mayoritarias. Los extremos no son mayoritarios. Son las que se hacen notar en las redes, pero la mayoría se decanta en un terreno intermedio, entre la participación y acciones menos radicales”, dice.
Ni Guaidó ni Capriles, remarca, tienen completamente definidos sus caminos: el primero debe definir su estrategia alterna a la abstención; y el segundo aún tendrá que anunciar si participará o no en las votaciones, si hay condiciones.
“Las cosas pueden salir mal [en las votaciones] a los dos o bien a solo uno de ellos, a menos que haya algún tipo de sinergia. Las dos posiciones no son divorciadas, pero pareciera que no vaya a ocurrir”, analiza.
Se dice convencido de que el pueblo venezolano apoya “ideas y necesidades” hoy día, no tanto a líderes per se. “Su necesidad es volver a la normalidad, que se asocia con el cambio político. Quien simbolice la posibilidad de hallarlo, es quien representará ese liderazgo”, concluye.
Pacto bajo amenaza
Los indultos, conocidos el lunes pasado, también refuerzan a Maduro y abona la desconfianza entre los líderes de la oposición venezolana, opina García Guadilla.
“Se tornan más difíciles las condiciones para lograr un posible entendimiento o pacto”, dice la docente y analista. Prevé, también, que crezca la confusión y la división entre los seguidores de los diferentes dirigentes de la oposición.
La docente critica que el llamado unitario de Guaidó sea “de carácter reactivo”, excluyente de la posibilidad de acudir a votar y que se circunscriba a lo político, sin contemplar la compleja crisis humanitaria que vive el pueblo.
“Todo ello se hace a espaldas de la sociedad civil”, advierte, antes de mencionar que solo un sacerdote jesuita, José Virtuoso, forma parte de las consultas privadas con partidos y dirigentes políticos.
El pacto al que aspira el gobierno interino venezolano podría ser el inicio de un diálogo o de una serie de acuerdos en beneficio de la población, valora.
Guaidó y Capriles, aunque con objetivos distintos, han llamado a la movilización de la población venezolana a propósito de las parlamentarias. García Guadilla se pregunta si esa activación popular será virtual o presencial.
“En condiciones de ‘movilidad sancionada’ por el coronavirus, los altos niveles de represión contra las protestas y el miedo a movilizarse abiertamente, difícilmente una movilización presencial tendrá éxito”, evalúa.