Un Santa Claus caminó las calles de una zona a las afueras de Caracas, la capital de Venezuela, este fin de semana para distribuir a niños desde pan hasta ropa, en momentos que el país enfrenta un colapso económico y la pandemia del coronavirus. Los venezolanos vuelven a tener una Navidad en crisis, porque la nación miembro de la OPEP ya lleva seis años de recesión económica y tres con hiperinflación la cual ha pulverizado los ingresos de las familias que también deben afrontar frecuentes fallas de servicios básicos como luz y agua.
La no gubernamental "Santa en las Calles", que desde hace 14 años recibe donaciones de algunas empresas y particulares de ropa y juguetes que destinan a familias y niños de zonas populares del país, llevó el sábado obsequios en una comunidad de Guarenas, una ciudad del estado Miranda. Un joven llamado Raymar, vestido de Santa Claus, y junto a sus acompañantes, se acercó a filas donde estaban decenas de niños con sus padres a quienes les entregaron alimentos como pan y mortadela, ropa, calzados y algunos juguetes.
Amílcar Ruíz, coordinador del programa Santa en las calles en la zona, dijo que este año llevaron más comida por las necesidades que enfrentan las personas bajo la pandemia.
En las comunidades "nos decían no nos vayan a dejar por fuera (...) Se ha agravado el bolsillo de las familias para darle de comer a sus hijos", agregó Ruíz.
En Venezuela, un salario mínimo es equivalente a un dólar con lo cual apenas se puede comprar un kilo de arroz. Y tras las flexibilización del gobierno a los controles de la economía, se ha ampliado la brecha entre los empleados que perciben sueldos en moneda local y aquellos que reciben alguna compensación en divisas.
"Hay una pandemia, pero la gente necesita un abrazo, un pedazo de pan", agregó Juan Monroy, otro de los organizadores de la actividad.