El presidente venezolano Nicolás Maduro aseguró el 7 de noviembre que el 70% de la población nacional ya estaba vacunada contra el COVID-19. La nueva actualización, sin embargo, tampoco es cierta, a la luz del consenso científico sobre la vacunación ni de los datos independientes.
A diferencia de otros países, donde el Ministerio de Salud o la autoridad sanitaria correspondiente se encargan de comunicarle a la población el estado de la vacunación contra el COVID-19, en Venezuela la tarea la ha asumido el propio presidente Nicolás Maduro. La actualización más reciente, del pasado domingo 7 de noviembre, fue durante la entrega del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos, en Caracas.
En su balance, Maduro afirmó (minuto 49:47) que Venezuela había llegado “al 70% de la población vacunada” contra el virus. Como en casos anteriores similares, sin embargo, sus afirmaciones sobre la vacunación en el país omiten el consenso científico al respecto y estiran los datos de organizaciones independientes.
Los porcentajes no cuadran
En Venezuela no hay una autoridad técnica oficial que reporte datos de vacunación contra el COVID-19. El Ministerio de Salud se limita a actualizar el número de casos activos y recuperados, o las personas fallecidas, datos que distintos organismos de salud nacionales y autoridades internacionales han cuestionado, no solo por incompletos en alguna medida, como en cualquier otro país, sino por opacos.
Ante la falta de información oficial, existen organismos internacionales e independientes que llevan sus propias recopilaciones. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) monitorea los casos de COVID-19 y la vacunación a partir de datos oficiales consultados o solicitados a cada país.
De acuerdo con la información de la OPS, y de los anuncios gubernamentales a la luz de sus relaciones políticas, Venezuela posee dosis de las vacunas Sputnik V, de Rusia, las chinas de Sinovac y Sinopharm, y recientemente de la cubana Abdala.
El Grupo de Expertos de Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE) de la Organización Mundial de la Salud recomienda dos dosis de las vacunas rusa y china para que una persona quede inmunizada. Por su parte, el Gobierno cubano ha informado que son necesarias tres dosis de Abdala, la cual no ha sido certificada internacionalmente.
Por tanto, el “70% de la población vacunada” que anunció Maduro puede interpretarse como un porcentaje de personas que ya han recibido su esquema de vacunación completo.
Sin embargo, según la OPS, organismo del sistema interamericano y afiliado a la Organización Mundial de la Salud, hasta el 5 de noviembre en Venezuela apenas tendrían el esquema de vacunación complet 9.271.857 personas. Para una población de 28.704.947 personas, se trata de un 32,3%.
La población base que estima la OPS va en línea de la del Banco Mundial, cuyo dato de Venezuela en 2020 era de 28.435.943 habitantes. Si, por otro lado, se considera la proyección de 33.192.835 habitantes que la Asamblea Nacional estimó en mayo de cara a las elecciones del 21 de noviembre —a partir del censo de 2011 y desconociendo el fenómeno migratorio—, el porcentaje de personas con la pauta completa sería aún menor.
La OPS registra 13.858.057 primeras y 9.298.857 segundas dosis aplicadas en Venezuela, para un total de 23.156.904. Es decir, incluso si Maduro se refiriera a las personas con al menos una dosis aplicada, los vacunados serían un 48,28% de la población, con lo cual no es probable que su dato sea cierto, ni salvando los dos días de diferencia entre la última cifra de la OPS y el anuncio del presidente.
No obstante, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos advierte que una persona no está del todo inmunizada si “transcurrieron menos de dos semanas desde su vacuna de una dosis”, si “transcurrieron menos de dos semanas desde su segunda dosis de una vacuna de dos dosis” o si “aún debe aplicarse su segunda dosis de una vacuna de dos dosis”.
Aunque el CDC se refiere a las vacunas de Pfizer-BioNTech, Moderna y Johnson & Johnson, los ensayos que registra la OPS con las de Sinovac y Sinopharm —aplicando las dosis con dos y tres semanas de diferencia, respectivamente— han ido en la misma línea. En Venezuela, el 74% de las dosis aplicadas, según la OPS, han sido de Sinopharm, con lo cual la afirmación de Maduro es todavía más improbable a la luz de los tiempos de inmunización, pero también cuestionable para la capacidad del país de administrar las dosis.
Venezuela contra la pandemia
La cifra que anunció Nicolás Maduro forma parte de sus actualizaciones periódicas del estado de la vacunación en Venezuela, a la que insiste en destacar en Latinoamérica y el Caribe. Sin embargo, según la OPS, en el país tienen la pauta completa 32,3 personas de cada 100, la misma proporción que Bahamas y solo por encima de Guyana, Guayana Francesa, Guatemala, Haití y Nicaragua, y de las Antillas Menores de Martinica, Guadalupe, Granada, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas.
A escala regional, por tanto, Venezuela está casi a la cola en materia de vacunación, de acuerdo con datos de la última semana recopilados por Our World in Data, un proyecto de la organización Global Change Data Lab con la Universidad de Oxford.
Con el avance tanto del virus como de la vacunación, cada país tiene sus prioridades y hay algunas compartidas. Pese a su aislamiento internacional, Venezuela no escapa de una de las más comunes: las variantes del virus. La bióloga Flor Pujol, que lidera el Laboratorio de Virología Molecular del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), recuerda para la Voz de América que al país llegaron “con un fuerte predominio desde marzo” la gamma, la mu “sobre todo en los estados occidentales” y, a partir de junio-julio, la delta, que ya “predomina en todo el país”.
Si bien la efectividad de las vacunas se reduce frente a las nuevas variantes, Pujol señala que “hay pocos estudios” sobre aquellas que se aplican en Venezuela, pues la mayoría se realizan en Estados Unidos y el Reino Unido con las que producen ambos países. Mientras que las vacunas de Pfizer-BioNtech, Moderna o AstraZeneca han tenido efectividades contra el virus original de más del 90%, igual que la Sputnik V, según sus desarrolladores, las de Sinovac y Sinopharm han sido de un 50 y un 78%, respectivamente. No obstante, pese a que “se pierden entre 10 y 20 puntos de esos porcentajes con las variantes”, Pujol también avisa que “la protección sigue contra la progresión de la enfermedad grave”.
Los venezolanos, entretanto, tampoco han sido ajenos a la inconsistencia en la información y a los problemas de salud mental que conlleva la pandemia, más aún en la crisis humanitaria, económica y política que vive el país. “Ya tenemos un terreno donde la gente se siente vulnerable”, asegura la psicóloga clínica y social Yorelis Acosta, de la Universidad Central de Venezuela. “Hay mucha más debilidad emocional y vulnerabilidad, y mucho temor al virus, pero a lo económico”.
Para Acosta, presidenta de la Asociación Latinoamericana de Psicología Política, la preocupación, el miedo, la ansiedad y los duelos son los estados emocionales en los que ahora están los venezolanos. Frente a ello destaca la labor de la empresa privada para cuidar a sus trabajadores, en contraste con la falta de campañas estatales. “El país se sigue moviendo”, apunta en referencia a sectores como el sanitario y de servicios. Pero mientras avanza la vacunación, advierte que también “hay unas secuelas psicológicas que tienen que sanar”.
Sobre la vacunación contra el COVID-19, Pujol y Acosta también hacen referencia a un mismo estudio independiente que, en su versión actualizada, arroja un porcentaje similar al 32,3% de la OPS, también lejos del 70% que anunció Maduro. Con datos recopilados para el 9 de noviembre, los investigadores Marino González, especialista en políticas públicas de la Universidad Simón Bolívar, y Félix Seijas, director de la encuestadora Delphos, estimaron que los venezolanos con dos dosis serían un 35,6%.
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