Las autoridades de México develaron un vínculo de alto nivel entre el fútbol, el deporte más popular del país, y la violencia.
El arresto del guardameta internacional mexicano de fútbol, Omar Ortiz, alias "El Gato", por su supuesto involucramiento en una red de secuestros, generó conmoción en varios ámbitos.
Según la información revelada por las autoridades de México, Omar Ortiz, era considerado como sospechoso desde que diera positivo a esteroirdes en un análisis antidoping realizado en abril de 2012, tras lo cual fue suspendido y no podía defender a los Rayados de Monterrey.
La suspensión iba a ser levantada en pocos meses. Pero según la agencia de noticias The Associated Press, Ortiz y otro sospechoso fueron acusados por cuatro cargos de secuestro, aunque podrían estar involucrado hasta en más de dos decenas de casos.
Se sospecha que Ortiz pasaba información que permitía a los secuestradores sorprender a las víctimas que disponían de dinero en efectivo para pagar los rescates, tal como deportistas profesionales.
Los informes indican que la banda que realizaba los llamados secuestros "express", reclamada $72.000 dólares por cada víctima. Según las autoridades, este tipo de secuestros forman parte de la expansión de la red criminal de las pandillas de nacotraficantes.
