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Wagner hace sonar las alarmas en el Báltico y amplía la agenda para cumbre de la OTAN más allá de Ucrania


El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a la izquierda, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, a la derecha, dan la bienvenida al presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, en La Haya, Países Bajos, el 27 de junio de 2023.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a la izquierda, y el primer ministro holandés, Mark Rutte, a la derecha, dan la bienvenida al presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, en La Haya, Países Bajos, el 27 de junio de 2023.

Las recientes discrepancias entre el grupo mercenario Wagner y el Kremlin ha soltado las alarmas en los países bálticos. Además de la guerra de Ucrania, la situación con Wagner ocupará la próxima cumbre de la OTAN.

Las consecuencias del motín abortado y el exilio a Bielorrusia del jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin, ampliarán la agenda más allá de Ucrania en las conversaciones en la próxima cumbre anual de la OTAN del 11 al 12 de julio.

La reunión tendrá lugar en la capital lituana de Vilnius, a solo 35 kilómetros de la frontera de la nueva base de operaciones de Prigozhin, lo que destaca la urgencia de fortalecer el flanco este de la alianza y aumentar el gasto en Defensa.

Todavía no está claro cuántos miembros del ejército mercenario de Prigozhin lo acompañarán a Bielorrusia, pero la idea de que establezcan un campamento a solo unas horas de distancia pone los nervios de punta en los países bálticos de Lituania y Letonia, así como en Polonia. Todos ellos comparten una frontera terrestre con Bielorrusia.

Lituania, Letonia y Estonia instaron de inmediato a los miembros de la OTAN a reforzar sus defensas.

“Si Wagner despliega a sus asesinos en serie en Bielorrusia, todos los países vecinos se enfrentan a un peligro aún mayor de inestabilidad”, dijo el miércoles el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda. “En tales circunstancias, la disuasión y la defensa avanzada son una prioridad máxima”.

La reacción occidental no se hizo esperar. El lunes, Alemania anunció que estacionará permanentemente una brigada militar de 4.000 efectivos en Lituania, algo que Vilnius ha reclamado desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania. Hasta el alzamiento de Wagner, Berlín solo estaba dispuesta a desplegar sus tropas en Lituania de forma temporal.

Si bien reiteró que el intento de motín es un asunto interno de Moscú, el jueves, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, dijo que “demuestra que hay grietas y divisiones dentro del sistema ruso”.

A principios de esta semana, dijo que era demasiado pronto para decir qué podría significar para la alianza la presencia de Wagner en Bielorrusia, pero prometió que la OTAN protegería “cada aliado, cada centímetro del territorio de la OTAN” contra las amenazas de “Moscú o Minsk”.

Las consecuencias de Wagner también refuerzan el caso de que la OTAN aumente su gasto en defensa. A principios de este mes, Stoltenberg reiteró la necesidad de que cada miembro de la alianza comprometa al menos el 2 % de su PIB a la cartera de Defensa, un objetivo de larga data de la OTAN.

Un informe de la OTAN publicado en marzo muestra que, si bien el gasto en defensa en toda la alianza aumentó un 2,2 % entre 2021 y 22, solo siete de los 30 estados miembros de la OTAN en 2022 cumplieron el objetivo del 2 %: Estados Unidos, Estonia, Grecia, Letonia, Lituania, Polonia y el Reino Unido.

Inestabilidad rusa

El presidente Joe Biden dijo el miércoles que creía que Putin se había debilitado "absolutamente" dentro de su país por su enfrentamiento con Prigozhin, pero que era "difícil saber" hasta qué punto había disminuido Putin.

Tan pronto como se desató el caos en Rusia, Biden dijo que ordenó a su equipo de seguridad nacional que se preparara para “una variedad de escenarios” y convocó una videollamada con los aliados de la OTAN.

“Teníamos que asegurarnos de no darle a Putin ninguna excusa para culpar de esto a Occidente o a la OTAN”, dijo Biden el lunes. “Dejamos en claro que no estábamos involucrados. No tuvimos nada que ver con eso. Esto fue parte de una lucha dentro del sistema ruso”.

Sin embargo, está claro que en Vilnius Biden y los líderes de la OTAN deberán abordar las cuestiones de la amenaza más amplia que representan Rusia y su aliado Bielorrusia.

“Pasamos de pensar en Ucrania como un conflicto levemente aislado a volver a pensar en que la OTAN tiene esta frontera increíblemente larga de miles de millas, por todo Finlandia y Estonia, Letonia, Lituania”, dijo Kristine Berzina, directora general de German Marshall Funds North y colíder de la Iniciativa Transatlántica Rusia de GMF. “Y Polonia, por Kaliningrado”, dijo a la Voz de América, refiriéndose al enclave ruso entre Polonia y Lituania, donde Moscú ha estacionado a miles de tropas.

“¿Es Rusia inestable? ¿Qué sucede con el arsenal nuclear si Rusia es inestable? ¿Qué sucede si tienes a alguien que es más belicista que Putin llegando al poder en Rusia, y quizás menos predecible? Estas son preguntas que debe responder la propia OTAN”, agregó Berzina.

La preocupación por la inestabilidad rusa tiene décadas de antigüedad, obserevó Michael McFaul, exembajador de Estados Unidos en Rusia y ahora director del Instituto Freeman Spogli de Estudios Internacionales de la Universidad de Stanford.

“Rusia tiene armas nucleares, y no queremos que esas armas nucleares caigan en manos de personas irresponsables”, dijo a la VOA.

Fin diplomático

McFaul argumenta que dado que el intento de motín de los soldados de Wagner fue provocado por la invasión de Ucrania por parte de Putin, los líderes preocupados por la inestabilidad rusa harían bien en encontrar un final diplomático más temprano que tarde.

“Ya seas el presidente Biden o Xi Jinping en China, creo que este es el momento de presionar más al señor Putin para que ponga fin a su guerra en Ucrania”, dijo. “Porque cuanto más dure la guerra, más probable es que veamos futuros eventos de inestabilidad dentro de Rusia”.

Los funcionarios de la administración han subrayado durante mucho tiempo que la forma de poner fin al conflicto es aumentar las capacidades de batalla de Ucrania para fortalecer la posición de Kiev en la mesa de negociaciones.

El mayor impedimento para llegar a un acuerdo diplomático para una “paz justa y duradera” es la convicción de Putin de que puede sobrevivir a Ucrania y la OTAN, dijo el miércoles el secretario de Estado Antony Blinken durante un evento en el grupo de expertos del Consejo de Asuntos Exteriores.

“Cuanto más podamos desengañarlo de esa noción, más probable es que en algún momento, él venga a la mesa”, dijo Blinken.

Un militar ucraniano camina junto a un automóvil destruido en la aldea recientemente liberada de Storozheve en la región de Donetsk, el 21 de junio de 2023, en medio de la invasión rusa de Ucrania.
Un militar ucraniano camina junto a un automóvil destruido en la aldea recientemente liberada de Storozheve en la región de Donetsk, el 21 de junio de 2023, en medio de la invasión rusa de Ucrania.

Mientras los líderes de la OTAN se reúnen en Vilnius para abordar las preocupaciones en torno a Wagner, también deben decidir el tipo de garantía de seguridad que brindarán a Kiev. El miércoles, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy exigió claridad sobre el futuro de su país en la alianza durante la cumbre.

“Durante la guerra no podemos convertirnos en miembros de la OTAN, pero debemos estar seguros de que después de la guerra lo seremos”, expuso. “Y esta es exactamente la señal que queremos recibir, que después de la guerra Ucrania será miembro de la OTAN”.

El jueves, Stoltenberg no llegó a hacer tal promesa y solo dijo que la alianza acordará un "programa de varios años para ayudar a Ucrania a avanzar hacia la OTAN, para ser completamente interoperable con la OTAN".

[Los periodistas Yulia Savchenko y Misha Komadovsky contribuyeron con este despacho].

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