Luego de 18 años en la cárcel por asesinato, tres hombres de West Memphis, Arkansas, fueron puestos en libertad este viernes, 19 de agosto (2011).
Jessie Misskelley, Damien Echols y Jason Baldwin han estado pagando durante casi dos décadas por un crimen que no cometieron.
Aunque pudieron salir de la cárcel hoy, tuvieron que seguir la petición “Alford”, la cual los libra de algunas acusaciones.
“Soy inocente de estos cargos pero estoy aceptando la petición Alford y me declaro culpable”, le dijo Echols al juez. Baldwin y Misskelley hicieron lo mismo y Misskelley dijo que “aunque soy inocente, esto es lo que me conviene”, refiriéndose a la maniobra.
Según el abogado acusador, Scott Ellington, el grupo estará en un periodo de probatoria durante 10 años.
Los hombres pudieron salir vía una maniobra legal en la cual pueden retener su inocencia pero deben reconocer que la parte acusadora tiene suficiente evidencia en contra de ellos.
La sentencia de muerte originalmente era el destino de Echols, quien se decía era el líder del grupo porque practicaba “Wicca”, un tipo de brujería. Ha habido mucha crítica sobre este caso ya que muchos opinan que fueron acusados solamente por su estilo de vida y su gusto de la música rock.
Lo que verdaderamente le dio más razón a las autoridades de Arkansas para encarcelarlos fue que Misskelley, luego de varias horas siendo investigado e interrogado por la policía, confesó al crimen. Misskelley tiene un coeficiente intelectual bajo, casi llegando a retardación mental.
Varias personas que han seguido el caso alegan que las autoridades se aprovecharon del bajo coeficiente intelectual del acusado.
El crimen fue el asesinato de tres niños de la ciudad de West Memphis, quienes desaparecieron el 5 de mayo de 1993. El día siguiente, 6 de mayo, luego de una larga búsqueda por los familiares de los jóvenes y la policía local, sus cuerpos fueron encontrados.
Los cadáveres de los tres niños, Steve Branch, Christopher Byers y Michael Moore habían sido brutalmente golpeados cuando fueron encontrados y uno de ellos fue apuñalado varias veces y castrado.
Muchos dicen que las autoridades locales acusaron a los tres hombres equivocadamente por no haber podido encontrar a los verdaderos responsables por el crimen.
Se han hecho estudios recientes sobre evidencia genética de la escena del crimen y no se ha encontrado ADN de ninguno de los tres encarcelados.
El acuerdo con las autoridades los pone en libertad pero prohíbe que los hombres demanden al estado por encarcelamiento falso.
Después de tan largo proceso hacia su libertad, Echols, quien iba a ser asesinado por la sentencia de muerte, dijo que el proceso “no había sido perfecto”. También dijo que se sentía abrumado por la cantidad de gente alrededor de él, ya que había estado solo durante tantos años.