Las películas de Woody Allen son famosas por celebrar el lado romántico de su nativa Nueva York. Pero su última comedia sobresale por exaltar otra ciudad, para muchos, sinónimo de romance. Esta es una perspectiva de Medianoche en París.
Para el principiante novelista estadounidense Gil Pender, la fantasía se convierte en realidad cuando visita París acompañado por su pragmática prometida Inéz. Ella piensa que es un lugar agradable para ver el paisaje y hacer compras. Pero Gil, como las generaciones de escritores y artistas antes que él, encuentra inspiración en los cafés y bares que en algún momento fueron visitados por Hemingway, Fitzgerald y Picasso.
A solas una noche, Gil se encuentra transportado en el tiempo por los tripulantes de un viejo automóvil.
La ganadora de la Academia, Marion Cotillard, hace el papel de la cautivadora mujer que Gil conoce cuando visita un café de la sociedad e 1920. Owen Wilson es el protagonista de este revelador viaje a través de muchas décadas.
El guionista y director Woody Allen admite que la historia tiene origen prosaico.
“Quería hacer una película en París porque tenía financiación y no tenía una idea para una película en París”, explica el realizador. “Pensé que podría ser una película romántica porque crecí con el París de las películas, y por eso pensé que el título sería Medianoche en París. Por mucho tiempo, casi seis semanas, no sabía que sucedía en Medianoche en París. ¿Dos personas se conocerán? ¿Tendrán una aventura? ¿Qué sucede? Luego un día se me ocurrió que el protagonista estaría caminando en una calle, un carro paraba y habría mucha gente interesante con quien él iría a una aventura”, explicó Allen.
De repente, Gil se encuentra en un medio del estilo de vida de esos grandes artistas de hace mucho tiempo en esta historia que Allen entreteje gentil y naturalmente.
La película fue estrenada internacionalmente durante el Festival Internacional de Cannes, en Francia, y recientemente empezó su exhibición en los teatros en Estados Unidos.