Las calles de la capital de Haití, Puerto Príncipe, estaban casi vacías tras el asesinato del presidente Jovenel Moise en su residencia privada en las primeras horas del miércoles.
Muchos negocios habían cerrado y la mayoría de la gente permaneció en casa, mientras vehículos policiales blindados se movían por las carreteras principales. Guardias armados vigilaban en lugares clave de la capital.
El primer ministro interino, Claude Joseph, declaró el estado de sitio, y dijo que estaba a cargo del país.
Funcionarios haitianos dijeron que pistoleros fuertemente armados que se hacían pasar por agentes de la DEA y que hablaban español e inglés dispararon y mataron al presidente en un ataque "altamente coordinado". Su esposa, Martine Moise, resultó gravemente herida y permanece en estado crítico pero estable en un hospital de Miami.
El jefe de la Fuerza de Policía Nacional, Léon Charles, dijo a los periodistas el miércoles por la noche que cuatro "mercenarios" sospechosos de llevar a cabo el asesinato de Moise murieron en un tiroteo con la policía, y otros dos sospechosos fueron capturados. Charles dijo que tres policías tomados como rehenes por los presuntos asesinos fueron liberados. No proporcionó ninguna información sobre la operación.
Haitianos consultados en las calles sobre el asesinato del presidente por el sevicio VOA Creole reaccionaron de múltiples maneras.
Una residente del vecindario de Pelerin, un suburbio adinerado de la capital donde vivía el presidente, dijo que escuchó los disparos pero que estaba confundida sobre lo que estaba sucediendo en ese momento. Explicó a a VOA que los disparos duraron aproximadamente una hora.
"Somos víctimas de nuestra propia inseguridad", dijo la mujer, que se negó a dar su nombre. "Esperamos que esto no vuelva a suceder, pero, con suerte, al próximo presidente le irá mejor para que este tipo de eventos no se repita".
Un hombre de unos 20 años que habló con el servicio de la VOA en Creole cerca del centro de la capital dijo que le preocupaba que el asesinato dañara la imagen de Haití en el exterior.
"Creo que esto presenta un problema para la imagen del país", dijo a la VOA.
"Jovenel debió haber sido llevado ante la justicia para explicar sus acciones. Lo culpo por la impunidad que existe actualmente y por poner armas en manos de los jóvenes. Se comparó [en un discurso] con una espina de pescado clavada en el pueblo haitiano".
"Me hubiera gustado pedirle que me explicara qué quiso decir con eso. La gente debe unirse ahora y tomar nuestro gobierno y elegir un líder que nos represente bien, mejore nuestra imagen y nos permita avanzar", dijo.
Otro hombre de unos 30 años que habló con la VOA cerca del palacio nacional, y que tampoco quiso dar su nombre, dijo: "Me duele mucho escuchar que Jovenel Moise murió de esta manera. Esto no es lo que deseaba. Yo Hubiera preferido que lo encarcelaran por todas las cosas malas que hizo [mientras estaba en el poder] y explicar lo que pasó con los fondos de PetroCaribe, la masacre de Bel Air, la masacre de La Saline. No deseaba su muerte".
PetroCaribe es un escándalo de corrupción vinculado a las ganancias del petróleo vendido a Haití por Venezuela a precios preferenciales, que supuestamente se utilizarían para proyectos sociales, educativos y de infraestructura. Al parecer, la mayor parte del dinero se usó indebidamente y los esfuerzos por llevar a los responsables ante la justicia han fracasado hasta ahora.
Moise fue criticado por algunos haitianos, así como por funcionarios estadounidenses como la representante estadounidense Maxine Waters y la embajadora Michele Sison, por no llevar ante la justicia a los responsables de los asesinatos masivos de residentes en los barrios marginales de Bel Air y La Saline de la capital. Se ha culpado de los asesinatos a pandillas vinculadas al asesinado presidente.
Otro hombre de unos 20 años que habló con el servicio de la VOA en Creole en un barrio del centro expresó su pesar por la muerte de Moise. "Me duele escuchar que el presidente Jovenel Moise fue asesinado. Hoy su muerte no nos hace sentir bien", dijo a la VOA. "Preferiríamos tener un gobierno real que nos dirija. Por ahora, todo lo que podemos decir es 'Descanse en paz'".
Un hombre que se describió a sí mismo como partidario de Moise dijo que pensaba que el asesinato tenía motivaciones políticas.
"Creí en Jovenel Moise. Creo que fue asesinado hoy por sus convicciones políticas", dijo el hombre, que no dio su nombre. "[Moise] es un ciudadano haitiano que estaba luchando contra los oligarcas y la gente codiciosa. Yo culpo a esos oligarcas por su asesinato. Este fue un acto atroz".
El ex fiscal del gobierno Francisco Rene, quien habló con la VOA en su oficina en Puerto Príncipe, expresó su preocupación por la gravedad del evento.
"Esto es grave. Impacta el futuro de nuestra democracia, el futuro del país", dijo. "También es grave con respecto a las consecuencias económicas. Muchos países pueden decidir evitar que sus ciudadanos viajen a Haití. Esto ha disminuido nuestra posición en el mundo".
No estaba claro cuánto tiempo estaría en vigor el estado de sitio. La frontera de Haití con la República Dominicana y sus aeropuertos estuvieron cerrados hasta nuevo aviso.