El desplazamiento de millones de venezolanos supone la mayor crisis migratoria en el hemisferio y la segunda en todo el mundo, luego de Siria.
Los países de Latinoamérica han sido testigos del movimiento de venezolanos a través del interior de sus territorios y de sus fronteras, generando una crisis a nivel social, económico y de salud, especialmente en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.
Según la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial (R4V), establecida por solicitud del Secretario General de aciones Unidas a ACNUR y la OIM, del 12 de abril de 2018 a septiembre de este año hay 5,2 millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela desplazadas a nivel mundial, y alrededor de 4,3 millones están en América Latina y el Caribe.
“La mayoría no tiene perspectivas de un retorno sostenible a corto y mediano plazo”, dice un documento de la plataforma.
Colombia es el país de acogida con mayor cantidad de venezolanos, que llegó en junio de este año a 1.748.716, de acuerdo con números de Migración Colombia. La mayoría de ellos, casi un millón, se encuentra en situación irregular y sin documentación parar acceder fácilmente a servicios básicos de salud, educación, entre otros. Le sigue Perú con más de 800.000.
Chile, Ecuador, Brasil, Argentina, Panamá, Trinidad y Tobago, México, Guyana, República Dominicana, Costa Rica, Uruguay y Paraguay también han acogido a los venezolanos.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, visita desde el jueves Surinam, Guyana, Brasil y Colombia. Según un portavoz del Departamento de Estado, su objetivo principal será abordar los efectos de la grave crisis sanitaria, política y humanitaria de Venezuela en la región.
Durante la pandemia
La pandemia y las medidas para mitigar y prevenir el contagio de COVID-19 han impactado la vida laboral y la calidad de vida de estos migrantes.
Carol Thompson O’Connell, secretaria interina de la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de Estados Unidos, dijo a la Voz de América que la pandemia y el retorno obligatorio de miles de migrantes venezolanos a su país es una de las principales preocupaciones.
“La situación en las fronteras y en muchos de los diferentes países, es que hay mucho estigma y discriminación que ha estado sucediendo antes de enfrentar la enfermedad”, explicó.
O’Connell añadió que “gran parte del estigma y la discriminación vienen con la impresión errónea de que los migrantes y refugiados vulnerables podrían incluso estar propagando la enfermedad”.
Ahora, dijo la funcionaria, la inseguridad alimentaria y posibles desplazamientos pueden ser los otros desafíos que deban enfrentar.
Durante la segunda jornada de la 24ª Conferencia anual de la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina precisamente se expuso que la discriminación durante la pandemia ha generado el regreso de los migrantes a su país.
Un informe de la Oficina de la Secretaría General de la OEA para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos, dado a conocer a comienzos de este mes, señaló que miles de venezolanos que han decidido regresar a su país, a causa de la falta de empleo y oportunidades económicas, están siendo criminalizados por las autoridades del gobierno en disputa de Venezuela.
"El gobierno ilegítimo de Nicolás Maduro ha tomado múltiples acciones para estigmatizar, discriminar y criminalizar a las personas que retornan, violando el derecho a la honra y al reconocimiento de la dignidad humana. Las personas venezolanas que han buscado regresar a su país de origen han sido catalogadas como 'bioterroristas' y 'armas biológicas' por Nicolás Maduro y otras autoridades", dice el informe.
Por su parte, el comisionado de la Organización de Estados Americanos (OEA), David Smolanksy, pidió que el gobierno en disputa de Nicolás Maduro ponga fin a las “amenazas” y las “represalias” contra estos migrantes que han retornado: “En total hay unos 112.000 venezolanos que han regresado al país desde el inicio de la pandemia: 106.000 lo han hecho desde Colombia y 6.000 desde Brasil”.
Migración Colombia, por ejemplo, ha reiterado que el retorno de migrantes ha sido mínima y no ha superado, en su territorio, el 3% del total de los migrantes.
Smolansky también hizo un llamado de atención por los venezolanos que permanecen en otros países y no han podido regresar a su país debido a la medida del cierre aéreo: “Hemos registrado que hay 3.000 venezolanos varados, que no han podido regresar”, dijo Smolansky.
Según un análisis del Grupo Interagencial sobre Flujos Migratorios Mixtos, en abril de ese año, las principales necesidades para la población encuestada proveniente de Venezuela, en el contexto de la pandemia son: alimentación (95%), alojamiento (53%), empleo (45%), y atención médica (26%).
“Más de la mitad de los hogares encuestados tienen problemas relacionados con las medidas de aislamiento preventivo, mayormente por la necesidad de generar ingresos para cubrir necesidades básicas (43% de los hogares) o acceder a alimentación (36%)”, agrega el análisis citado por la plataforma RV4.
Ayuda de EE.UU.
La funcionaria del Departamento de Estado de Estados Unidos dijo a la VOA que EE.UU. ha proporcionado “104 millones de dólares adicionales para luchar contra el COVID y 14 millones de ellos específicamente para dentro de Venezuela, tratando de darle a nuestros socios de organizaciones internacionales, los suministros que necesitan y que también tengan acceso a las personas para que los cuiden y les brinden asistencia médica”.
A pesar de los desafíos, la Plataforma Regional de Coordinación Interagencial indica que, en los últimos años, la región “ha respondido a una situación de desplazamiento humano sin precedentes con gran solidaridad y hospitalidad, y ha mantenido las puertas abiertas para las personas refugiadas y migrantes de Venezuela”.
En cuanto a la llegada de la pandemia de la COVID-19 señala que “ha puesto a prueba la capacidad de los sistemas de salud y bienestar social, así como la capacidad de los países de mantener una sociedad incluyente”.