Casa Blanca en cruzada tributaria

El multimillonario Warren Buffett con el presidente Barack Obama en la Casa Blanca.

Según el gobierno, unos 55.000 millonarios pagan menos impuestos que millones de estadounidenses de clase media.
Desde hace semanas, el gobierno de EE.UU. viene librando una intensa campaña a favor de que los estadounidenses que ganen más de un millón de dólares al año paguen más altos impuestos y contribuyan al fisco en una medida proporcional a cómo lo hacen las familias de clase media.

Como parte de esa campaña el presidente Barack Obama ha insistido en que el Congreso apruebe la “Regla Buffett”, denominada así por Warren Buffet el multimillonario estadounidense quien se quejó de pagar impuestos más bajos que su propia secretaria.

La Casa Blanca también publicó en su página en Internet una explicación de cómo funciona el actual sistema tributario, según la cual unos 55.000 millonarios pagan menos impuestos que millones de estadounidenses de clase media.

“Los hogares más ricos del país están pagando casi la tasa impositiva más baja en 50 años, y algunos sólo contribuyen con la mitad de los impuestos federales sobre los ingresos que en 1960 pagaban los estadounidenses de más altos ingresos”, según la información del website.

Citando datos del Servicio de Rentas Internas, la Casa Blanca dice que un total de “22.000 hogares que percibieron más de un millón de dólares en 2009 aportaron menos del 15 por ciento en impuestos sobre los ingresos”, y 1.470 se las arreglaron para no pagar nada.

Sin embargo, señala, el promedio de tasa tributaria vigente para las familias de clase media apenas ha variado, y mientras el 20 por ciento de ellas pagaron 14 por ciento en impuestos en 1960, en 2010 la tasa fue del 16 por ciento.

La información reitera que la “Regla Buffett”, a la que se oponen los republicanos, es simple: ningún hogar que perciba más de un millón de dólares anuales debe pagar una proporción menor de sus ingresos que las familias de clase media, y para el 98 por ciento de ellas, que ganan menos de $250.000 al año, los impuestos no deben aumentar.

Los republicanos alegan que elevar los impuestos a los ricos afectaría a las pequeñas empresas y dañaría la creación de nuevos empleos que el país tanto necesita.