Un reciente informe señala que un poco más de la mitad de la población de iguanas marinas en una de las islas Galápagos, es decir, un 62 por ciento, murió un año después de haber ocurrido un derrame petrólero en enero de 2001.
La revista Nature publicó un informe escrito por el científico estadounidense Martin Wikelski y varios de sus colegas, en las que señalan que el derrame tuvo un gran impacto en isla Santa Fe, una de las 14 islas que conforman el archipiélago de las Galápago, mucho más de lo que ellos habían anticipado.
El derrame, según los investigadores, pudo haber tenido un efecto tóxico en las algas que consumen las iguanas, o las especies pueden no haber querido ingerirlas porque estaban contaminadas. La otra posible explicación es que el crudo haya matado los microorganismos que llevan en sus intestinos, encargados de digerir las algas.