Un gigantesco asteroide descubierto recientemente y que se dirigía a la Tierra, aparentemente ya no se estrellará contra nuestro planeta.
Científicos del Laboratorio de Propulsión por Reacción de la NASA dieron a conocer ayer que el asteroide 2002 N-T Siete, de dos kilómetros de diámetro --el cual desató una ola de especulaciones en los medios de comunicación la semana pasada-- no chocará con la Tierra en 2019, o en fechas subsiguientes, como inicialmente se pensó que podría ocurrir.
El impacto de un asteroide de dichas dimensiones sería devastador a nivel continental.
Los investigadores ahora calculan que, de producirse una colisión, sería en 2060 y que, incluso, podría descartarse esa posibilidad.