El precandidato presidencial demócrata, John Kerry, a quien sus críticos republicanos retratan como un liberal partidario de los impuestos y los gastos, prometió frenar los gastos federales, si es elegido presidente.
Kerry manifestó ayer en un discurso que reduciría el déficit a la mitad, en cuatro años, y detendría los gastos a la tasa de inflación, excepto para la seguridad del territorio nacional, la educación, la seguridad social y la salud para los ancianos.
Pero reconoció que tendría que reducir algunas de sus promesas electorales, para lograr esa meta.
Por su parte, la campaña electoral del presidente George Bush informó que cálculos de terceros respecto a 44 propuestas del senador de Massachusetts muestran que costarían cerca de un billón de dólares, en un período de cinco años, monto que según ellos no puede pagarse a menos que se aumenten los impuestos.
El vocero de la campaña de Bush, Steve Schmidt, dijo que el énfasis de Kerry en la disciplina fiscal contrasta con sus antecedentes en el Senado y sus promesas de gastos en sus presentaciones de campaña.