¿A quién creerle?

  • Federica Narancio
Jugar a las adivinazas es el pasatiempo favorito de los aficionados al fútbol, tanto en las pencas como en las reuniones familiares y en el trabajo.

Están los brujos y los opinólogos. Los dos se valen de distintas herramientas – en el primer caso de su bola de cristal y en el segundo de su conocimiento sobre el tema – para vaticinar quién ganará el Mundial de Sudáfrica 2010.

¿A quién creerle? No sé, pero en el ínterin, jugar a las adivinazas es el pasatiempo favorito de los aficionados al fútbol, tanto en las pencas como en las reuniones familiares y en el trabajo.

Algunas pistas para los que todavía no adivinaron qué selección alzará la copa. Según una noticia de la agencia de prensa AFP, dos “populares” brujos mexicanos predijeron “que una selección europea ganará la Copa del Mundo”.

Antonio Vázquez, conocido como “El brujo mayor”, dijo en un comunicado que este país europeo ganará contra Brasil en la final.

Si el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva lo escucha (o lee, en este caso), le daría un ataque de risa o de furia.

Lula es el opinólogo por excelencia, según demostró recientemente, cuando le dijo a su par español José Luis Rodríguez Zapatero que “España no tiene tradición” como para ganar el Mundial de Sudáfrica.

He oído a muchas personas decir que España tiene uno de los mejores equipos del mundo en este momento – lo mismo le dijo Zapatero a Lula – y que es el favorito para este Mundial.

Pero Lula no está de acuerdo. Él dijo que “una cosa es disputar la Eurocopa y otra es el Mundial”. En palabras del mandatario brasileño, “no habrá sorpresas en Sudáfrica”, según una entrevista concedida al canal TV Globo.

¿Habrá que creerle a Lula, presidente de un país que fue cinco veces campeón del mundo? ¿O dejarnos sorprender?

Una vez entrevisté a un historiador uruguayo que fue futbolista profesional, y él me dijo que el fútbol es el deporte más democrático de todos, porque cualquiera tiene la oportunidad de ganar. Prefiero creerle a él y cruzar los dedos por Uruguay, aunque en la penca quizá siga los consejos del brujo mexicano.