Acorralados habitantes de Gaza temen ataque israelí a su último refugio en Rafah

Imagen tomada este 2 de febrero de 2024 muestra las ruinas en el norte de Gaza por la destrucción causada por la ofensiva irraeslí que comenzó el 8 de noviembre luego que Hamás atacara Israel.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo a última hora del jueves que las tropas se dirigirían ahora a Rafah, que junto con Deir al-Balah, al norte de Jan Yunis, es de las últimas zonas que les quedan por asaltar en una incursión de casi cuatro meses.

Las fuerzas israelíes bombardearon el viernes las afueras del último refugio en el extremo sur de la Franja de Gaza, donde los cientos de miles de desplazados, acorralados contra la valla fronteriza, dijeron temer que se produzca un nuevo asalto sin que tengan ningún lugar al que huir.

Más de la mitad de los 2,3 millones de habitantes de Gaza se encuentran ahora sin hogar y hacinados en Rafah.

Decenas de miles más han llegado en los últimos días, llevando pertenencias en brazos y tirando de niños en carritos, desde que la semana pasada las fuerzas israelíes lanzaran uno de los mayores asaltos de la guerra para capturar la adyacente Jan Yunis, la principal ciudad del sur.

Si los tanques israelíes siguen llegando, "nos quedarán dos opciones: quedarnos y morir o escalar los muros hacia Egipto", dijo Emad, de 55 años, padre de seis hijos, contactado a través de una aplicación de mensajería para teléfonos móviles. "La mayor parte de la población de Gaza está en Rafah. Si los tanques irrumpen, será una masacre como nunca ha habido en esta guerra".

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El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo a última hora del jueves que las tropas se dirigirían ahora a Rafah, que junto con Deir al-Balah, al norte de Jan Yunis, es de las últimas zonas que les quedan por asaltar en una incursión de casi cuatro meses.

"Estamos cumpliendo nuestras misiones en Jan Yunis, y también llegaremos a Rafah y eliminaremos a los elementos terroristas que nos amenazan", declaró Gallant en un comunicado.

Al ser la única parte de Gaza con acceso a la limitada ayuda alimentaria y médica que llega a través de la frontera, Rafah y las zonas cercanas de Jan Yunis se han convertido en una madriguera de tiendas improvisadas que se aferran al barro invernal. El viento y el frío se han sumado a la miseria, derribando las tiendas, inundándolas y anegando el suelo.

"Múltiples miserias"

"¿Qué debemos hacer? Vivimos en múltiples miserias, una guerra, hambre, y ahora la lluvia", dijo Um Badri, madre de cinco hijos desplazados de la ciudad de Gaza, que ahora vive en una tienda de campaña en Jan Yunis.

"Solíamos esperar al invierno para disfrutar viendo llover desde el balcón de nuestra casa. Ahora, nuestra casa ha desaparecido, y el agua de lluvia ha inundado la tienda en la que hemos acabado".

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Con el servicio telefónico prácticamente cortado en toda Gaza, los residentes se subieron a una berma de arena en la valla fronteriza y se agacharon junto a la alambrada con la esperanza de recibir una señal de móvil egipcia.

Mariam Odeh intentaba enviar un mensaje a sus familiares que seguían en Jan Yunis, "para decirles que seguimos vivos y que no somos mártires como los demás".

Naciones Unidas afirma que los equipos de rescate ya no pueden llegar hasta los enfermos y heridos en el campo de batalla de Jan Yunis, y la perspectiva de que el combate llegue a Rafah es casi impensable.

"Rafah es una olla a presión de desesperación, y tememos por lo que vendrá después", declaró Jens Laerke, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, en una sesión informativa en Ginebra.

Los mediadores esperan una respuesta de Hamás a una propuesta elaborada la semana pasada con los jefes de espionaje israelí y estadounidense y transmitida por Egipto y Qatar, para el primer alto el fuego prolongado de la guerra.

La única tregua hasta ahora sólo duró una semana, a finales de noviembre, cuando los militantes liberaron a 110 mujeres, niños y rehenes extranjeros.

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La propuesta sobre la mesa prevé una primera fase de 40 días, durante la cual Hamás liberaría a los rehenes civiles restantes, seguida de otras fases para liberar a los soldados y entregar los cuerpos de los muertos, según un funcionario palestino.

Pero las partes siguen muy distantes sobre lo que seguiría. Israel afirma que Hamás debe ser erradicado antes de retirar sus tropas de Gaza o liberar a los detenidos. Y el grupo militante afirma que no firmará ningún acuerdo de tregua a menos que Israel acepte retirarse y poner fin a la guerra.

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