Exiliados, expresos políticos y cubanoamericanos de segunda generación se reunieron este jueves en Nueva York para protestar contra la presencia del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, en la 78 Asamblea General de las Naciones Unidas, con una manifestación que "les habría costado la cárcel" en la isla.
Decenas de manifestantes se agruparon en una de las esquinas cercanas a la sede de la ONU y desde allí marcharon a gritos exigiendo libertad para los presos políticos. La mayoría llevaba camisetas donde se leía en inglés "esta marcha me habría costado la vida en Cuba".
"Esto es lo que debería pasar en Cuba, que la gente marche otra vez en contra del gobierno", dijo a la Voz de América, Yasiel Benítez, un cubano que voló desde Miami para asistir a la protesta.
Esta es una de las varias manifestaciones que han tenido lugar en la ciudad durante la semana de alto nivel de la Asamblea General. Ucranianos, iraníes, armenios, chinos, bolivianos y venezolanos también han levantado sus voces frente a Naciones Unidas estos días.
Tras un viaje de seis horas en auto desde Canadá, Yanel Nieves González aseguró a la VOA que al llegar y ver a tantos compatriotas se sintió motivado “para que los cubanos dentro de la isla nos vean manifestarnos pacíficamente, abiertamente demostrar lo que sentimos, eso es lo que debería pasar en Cuba”.
"Yo vengo a dar el mensaje de libertad, yo vengo a que se escuche al pueblo cubano (...) Me siento identificado con el dolor del pueblo cubano porque soy de ahí, porque no quiero que sigan en miseria, porque no quiero que haya más hambre y necesidad", insistió.
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La ex presa política Thais Franco Benítez rechazó la presencia de Díaz-Canel en la ONU porque considera que "no puede venir nadie de un país socialista ni comunista a un país libre a dar clases de moralidad, no se puede, cuando realmente en Cuba no hay moral".
"Estamos bien indignados porque está aquí en la ONU dando un mensaje al mundo, cuando en Cuba hay una dictadura, cuando en Cuba no quieren más comunismo. Entonces estoy aquí en apoyo a todos mis cubanos, a todos mis paisanos como comunidad de exiliados", indicó la joven.
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El mandatario cubano llegó el domingo pasado a Nueva York para participar en la Asamblea General, la primera en la que un líder de la isla llega a la cita en calidad de presidente pro témpore del G77.
Además, esta es la octava ocasión desde 1959 en la que un jefe de Estado cubano toma el podio en el plenario de la ONU. El espaciamiento en las visitas a Nueva York se debe a la enemistad histórica entre el gobierno comunista y Estados Unidos, antagonistas por más de 60 años.
En su segunda visita a las Naciones Unidas como mandatario, Díaz-Canel se ha entrevistado con dignatarios, altos funcionarios y empresarios de otros países, además de realizar encuentros con miembros de la diáspora cubana en EEUU.
También lea Desde moderar el uso del veto hasta más representatividad: la guerra en Ucrania pone en jaque al Consejo de SeguridadA pesar de que su presencia ha sido celebrada entre algunos sectores estadounidenses, la reacción del exilio cubano ha sido tajante. "No nos representa", gritaban los manifestantes este jueves en las calles, en su mayoría jóvenes.
"Por suerte para la vida, hay un relevo en las generaciones que queremos ser libres y como mismo aquí la mayoría tiene menos de 30 años, en las cárceles de Cuba los presos políticos también. Esta es una lucha que los jóvenes han hecho suya y estamos levantando la bandera de la libertad en el mundo entero", advirtió a la VOA el activista Eliécer Ávila.
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Ávila, un rostro muy conocido entre la oposición por cuestionar públicamente en 2008 al entonces presidente del Parlamento unicameral cubano, Ricardo Alarcón; reconoció que hay que seguir protestando para que en Cuba se sientan apoyados.
"La gente salió en Cuba a la calle [el 11 de julio de 2021] casi dos años después de que estuviésemos manifestándonos en el mundo entero. Yo creo que hay que volver a inspirar a la gente. Uno siente un asco profundo mirando las mentiras de Díaz-Canel en las Naciones Unidas y no poder gritar nada", insistió.
El gobierno cubano descalifica al exilio y a la oposición dentro de la isla y los tilda de "asalariados" de Estados Unidos que no disienten más que por ganancia personal. También niega las acusaciones de que existan más de 1.000 presos políticos en sus cárceles, como asegura un informe de la ONG Prisoners Defenders, con sede en España.
[Con la colaboración de Salomé Ramírez Vargas, periodista de la VOA, desde Washington]
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