Inicia batalla por acuerdo nuclear con Irán

El presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, dijo que este es un “mal acuerdo” y que harán lo posible por detenerlo.

Aunque el acuerdo nuclear con Irán, alcanzado por el gobierno del presidente Obama, parece una victoria diplomática, algunos legisladores están dispuestos a detenerlo.

Tras 19 días negociando en Viena, el secretario de Estado John Kerry aseguró que la persistencia rindió frutos.

“El hecho es que este acuerdo que hemos alcanzado, completamente implementado, traerá entendimiento y responsabilidad sobre el programa nuclear de Irán. Este es el buen trato que habíamos buscado”, dijo Kerry.

Sin embargo, los republicanos en el Congreso están en contra.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, dijo que este es un “mal acuerdo” que le dará miles de millones de dólares a Teherán, a través del levantamiento de sanciones, y que al final no interrumpirá su habilidad de obtener un arma nuclear.

“Vamos a hacer todo lo posible para obtener los detalles, y si de hecho es un mal acuerdo, como creo lo es en este momento, haremos todo lo que podamos para detenerlo”, advirtió Boehner.

Incluso algunos demócratas en el Congreso no están del lado del presidente Barack Obama. El senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, tiene reservas sobre el acceso a sitios nucleares.

“La razón por la cual eso es tan importante es porque después de 20 años de Irán, en definitiva, engañando a la comunidad internacional, es difícil no tener un sistema en el que cuando crees que hay una operación nuclear en algún lugar, no puedas tener un acceso rápido”, argumentó Menéndez.

La precandidata demócrata Hillary Clinton apoya lo acordado.

“Tenemos que tratar esto como un esfuerzo continuo de ejecución, lo que ciertamente apoyo enfáticamente”, dijo Clinton, quien también fue secretaria de Estado del presidente Obama.

La mayoría de los candidatos republicanos a la Casa Blanca han criticado el acuerdo, asegurando que Irán se aprovechó de un gobierno desesperada por alcanzar un convenio.

El Congreso tiene 60 días para revisar el acuerdo y aprobarlo, o negarle su apoyo.