La Oficina del Inspector Especial General para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) envió una carta expresando su preocupación al secretario de Defensa, Chuck Hagel.
Un organismo del Congreso estadounidense que supervisa proyectos financiados por Washington en Afganistán, informó que el Pentágono gastó $34 millones de dólares en construir un nuevo complejo militar en el sur de Afganistán, que posiblemente nunca usará.
La Oficina del Inspector Especial General para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) dijo que cree que la instalación, en la provincia de Helmand es un “ejemplo de desperdicio potencialmente problemático”, y al inicio de la corriente semana envió una carta expresando su preocupación al secretario de Defensa, Chuck Hagel.
En el Departamento de Defensa el vocero George Little dijo que la carta del Inspector General está siendo revisada. “No sé si el Secretario Hagel hará una respuesta formal. No tengo una en este momento. Y, nos va a tomar un poco de tiempo revisar lo que han encontrado y coordinar con SIGAR”.
El ejército estadounidense contrató a una firma británica para construir la base en 2011, la cual pensaban usar como centro de comando regional, pero SIGAR dice que comandantes militares le dijeron recientemente que no será ocupada.
Según el director de SIGAR, John Sopko, los comandantes en Helmand objetaron la construcción del edificio en 2010, indicando que no era necesario.
La edificación fue prácticamente terminada en 2012 y ahora le quedan solo dos opciones al ejército, destruirla o entregarla al gobierno afgano.
Pero esto último, según Dan Lamothe, un periodista del Marine Corps Times que estuvo en Helmand el año pasado, podría tampoco ser una solución, dado los costos de mantenimiento de la instalación, que serían difíciles de sufragar para el gobierno afgano.
Lamothe dijo a la Voz de América que fue testigo de otro ejemplo del desperdicio de fondos públicos estadounidenses en Afganistán, cuando visitó una remota población en el sur de Helmand, donde Estados Unidos construyó un edificio para la policía, al costo de un millón de dólares, el cual tiene una cocina y servicios higiénicos modernos, pero un tanque de aguas servidas desbordado y Afganistán ni Estados Unidos lo han vaciado.
El inspector general especial para Afganistán, dijo que funcionarios militares con quienes habló sobre el edificio de la base Leatherneck, le dijeron que probablemente será demolido.
La Oficina del Inspector Especial General para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR) dijo que cree que la instalación, en la provincia de Helmand es un “ejemplo de desperdicio potencialmente problemático”, y al inicio de la corriente semana envió una carta expresando su preocupación al secretario de Defensa, Chuck Hagel.
En el Departamento de Defensa el vocero George Little dijo que la carta del Inspector General está siendo revisada. “No sé si el Secretario Hagel hará una respuesta formal. No tengo una en este momento. Y, nos va a tomar un poco de tiempo revisar lo que han encontrado y coordinar con SIGAR”.
El ejército estadounidense contrató a una firma británica para construir la base en 2011, la cual pensaban usar como centro de comando regional, pero SIGAR dice que comandantes militares le dijeron recientemente que no será ocupada.
Según el director de SIGAR, John Sopko, los comandantes en Helmand objetaron la construcción del edificio en 2010, indicando que no era necesario.
La edificación fue prácticamente terminada en 2012 y ahora le quedan solo dos opciones al ejército, destruirla o entregarla al gobierno afgano.
Pero esto último, según Dan Lamothe, un periodista del Marine Corps Times que estuvo en Helmand el año pasado, podría tampoco ser una solución, dado los costos de mantenimiento de la instalación, que serían difíciles de sufragar para el gobierno afgano.
Lamothe dijo a la Voz de América que fue testigo de otro ejemplo del desperdicio de fondos públicos estadounidenses en Afganistán, cuando visitó una remota población en el sur de Helmand, donde Estados Unidos construyó un edificio para la policía, al costo de un millón de dólares, el cual tiene una cocina y servicios higiénicos modernos, pero un tanque de aguas servidas desbordado y Afganistán ni Estados Unidos lo han vaciado.
El inspector general especial para Afganistán, dijo que funcionarios militares con quienes habló sobre el edificio de la base Leatherneck, le dijeron que probablemente será demolido.