Agosto se convirtió en el mes más mortífero hasta ahora para los militares estadounidenses en la guerra en Afganistán, que lleva una década, con la muerte total de 66 soldados.
El número supera en uno a la cifra de muertos en julio de 2010, que había sido el mes más mortífero para las tropas estadounidenses desde la invasión de Afganistán después de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
La cifra de muertes en agosto incluye el derribo de un helicóptero Chinook por parte de insurgentes en el este de Afganistán, en el que 30 soldados estadounidenses murieron, incluyendo miembros del grupo de élite de la Marina, los SEALs.
Asimismo, más de 390 soldados de las tropas internacionales han muerto en Afganistán en lo que va del año.
Los insurgentes talibanes están utilizando cada vez más artefactos explosivos improvisados para atacar tanto a las fuerzas de seguridad como a los civiles afganos.
El mes pasado, Naciones Unidas dijo que el número de muertes por bombas colocadas en carreteras aumentó un 17% este año en comparación con el mismo período de 2010.