El periodista de AP, Alberto Arce, dijo a la Voz de América que Estados Unidos ocultó información sobre el proyecto.
Una investigación periodística revela que el gobierno estadounidense financió una red social secreta en Cuba.
El periodista Alberto Arce, corresponsal de la agencia AP y autor de la investigación, dijo a la Voz de América que Estados Unidos “tomó todos los pasos que estaban en su camino para que nadie supiera que el origen del proyecto”.
Según dijo Arce, el programa sí tenía las características de “secreto” y dijo que Estados Unidos buscó la forma de que nadie pudiese saber que “está detrás del proyecto”.
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Sin embargo, la portavoz adjunta del departamento de Estado, Marie Harf, sostiene que no es una operación encubierta y que en realidad se trató de una red de comunicación creada para promover la democracia y la libre expresión en Cuba.
“Hubo una serie de ideas falsas en esta historia acerca de lo que fue este programa y lo que no fue. La primera es, por supuesto, lo más importante: que no había nada clasificada o secreto sobre este programa. Discreto no es igual a encubierto. Después de haber trabajado durante casi seis años en la CIA y ahora aquí, conozco la diferencia”.
Según Harf, la creación de estos programas es para “apoyar al pueblo cubano, que se les proporcione plataformas para la expresión”.
La Casa Blanca, por su parte, indicó que el gobierno intenta ser discreto cuando trabaja en "entornos no permisivos" como es el caso de Cuba.
El periodista Alberto Arce, corresponsal de la agencia AP y autor de la investigación, dijo a la Voz de América que Estados Unidos “tomó todos los pasos que estaban en su camino para que nadie supiera que el origen del proyecto”.
Según dijo Arce, el programa sí tenía las características de “secreto” y dijo que Estados Unidos buscó la forma de que nadie pudiese saber que “está detrás del proyecto”.
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Sin embargo, la portavoz adjunta del departamento de Estado, Marie Harf, sostiene que no es una operación encubierta y que en realidad se trató de una red de comunicación creada para promover la democracia y la libre expresión en Cuba.
“Hubo una serie de ideas falsas en esta historia acerca de lo que fue este programa y lo que no fue. La primera es, por supuesto, lo más importante: que no había nada clasificada o secreto sobre este programa. Discreto no es igual a encubierto. Después de haber trabajado durante casi seis años en la CIA y ahora aquí, conozco la diferencia”.
Según Harf, la creación de estos programas es para “apoyar al pueblo cubano, que se les proporcione plataformas para la expresión”.
La Casa Blanca, por su parte, indicó que el gobierno intenta ser discreto cuando trabaja en "entornos no permisivos" como es el caso de Cuba.