La lucha entre rebeldes sirios y las fuerzas leales al presidente Bashar al Assad se extendió por el país el viernes.
Por su parte el gobierno sirio y aviones rusos, continuaron los ataques aéreos contra la antigua capital comercial de Aleppo por octavo día consecutivo.
La Coalición Siria, la oposición política apoyada por Occidente, acusó al gobierno de Assad de crímenes de guerra por el bombardeo a distritos rebeldes en Aleppo, indicando que los ataques aéreos "son el golpe de gracia" al cese de hostiidades acordado en febrero.
Otra clínica fue atacada el viernes un día después de que un bombardeo destruyera un hospital, dijeron funcionarios de defensa civil.
La clínica ofrecía desde hace cinco años tratamiento a pacientes con enfermedades crónicas y servicios dentales, y resultó con severos daños.
Entretanto, Medicinas Sin Fronteras, una de las organizaciones caritativas que apoya el hospital atacado el miércoles dijo que la cifra de muertos en el ataque es de 50, incluidos 14 integrantes del personal médico.
El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, dijo que el ataque parece haber sido intencional.