En retrospectiva, debería haber reconocido las señales de alarma, dijo Nikki Ruston.
El consultorio de Miami donde programó lo que se conoce como levantamiento de glúteos brasileño (brazilian butt lift o BBL) había cerrado y transferido sus registros a un centro diferente, explicó. El precio que le ofrecieron, y que pagó por adelantado, aumentó el día de la intervención, y no conoció a su cirujano hasta poco antes de recibir anestesia general.
“Estaba lista para irme”, afirmó Ruston, de 44 años, de Lake Alfred, en Florida Central. “Pero ya había pagado todo”.
Pocos días después de la intervención, que fue en julio, Ruston fue hospitalizada por una infección, pérdida de sangre y náuseas, según consta en su historial médico.
“Busqué lo más barato, eso es lo que hice”, recordó Ruston recientemente. “Busqué el precio más bajo y lo encontré en Instagram”.
A personas como Ruston se las atrae para que vayan a centros de cirugía en consultorios del sur de Florida. Ocurre a través de marketing en redes sociales que muestran al levantamiento de glúteos brasileño y a otras cirugías cosméticas como engañosamente indoloras, seguras y asequibles, según investigadores, defensores de pacientes y asociaciones de cirujanos.
A diferencia de los centros de cirugía ambulatoria y de los hospitales, en donde un paciente puede pasar la noche en observación después del tratamiento, los centros de cirugía en consultorios ofrecen procedimientos que no suelen requerir hospitalización, y están regulados como una extensión de la consulta privada de un médico.
Pero estos centros suelen ser propiedad de corporaciones que ofrecen precios reducidos contratando a cirujanos a los que se incentiva para que atiendan al mayor número posible de pacientes al día, en el menor tiempo posible, según reguladores estatales y médicos que son críticos de estos centros.
Ruston dijo que ahora vive con un dolor constante, pero a otras pacientes un levantamiento de glúteos brasileño les ha costado la vida. Después de una serie de muertes, y a falta de normas nacionales, los reguladores de Florida fueron los primeros en promulgar normas en 2019 destinadas a hacer que los procedimientos sean más seguros. Más de tres años después, los datos muestran que todavía ocurren muertes.
Los defensores de los pacientes y algunos cirujanos —incluidos los que realizan el procedimiento ellos mismos— anticipan que el problema empeorará. Las restricciones de emergencia impuestas por la junta médica del estado en junio expiraron en septiembre, y el modelo de negocio popularizado en Miami se ha extendido a otras ciudades.
“Estamos viendo entidades con una fuerte huella en la cirugía estética de alto volumen y bajo costo, con sede en el sur de Florida, que han aparecido en otras partes del país”, señaló el doctor Bob Basu, vicepresidente de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos y médico en Houston, Texas.
Durante un levantamiento de glúteos brasileño, se extrae grasa mediante liposucción de otras zonas del cuerpo, como el torso, la espalda o los muslos, y se inyecta en los glúteos. En 2021 se realizaron en todo el país más de 61,000 procedimientos de aumento de glúteos, tanto levantamientos como implantes, lo que supone un alza del 37% respecto al año anterior, según datos de la Aesthetic Society, un grupo de cirujanos plásticos.
Como ocurre con toda cirugía, pueden surgir complicaciones. El forense del condado de Miami-Dade ha documentado casi tres docenas de muertes de pacientes de cirugía estética desde 2009, de los cuales 26 fueron consecuencia de un levantamiento de glúteos brasileño. En cada caso, el paciente murió de una embolia pulmonar grasa, es decir, la obstrucción de vasos sanguíneos por grasa que entró a través de las venas en los músculos de los glúteos e impidió que la sangre fluyera a los pulmones.
Ningún sistema nacional de informes o códigos de aseguradoras hacen un seguimiento de los resultados y los datos demográficos de los pacientes que se realizan un levantamiento de glúteos brasileño.
A nivel mundial, a cerca de un 3% de los cirujanos se les ha muerto un paciente como resultado del procedimiento, según un informe de 2017 de un grupo de trabajo de la Fundación para la Educación e Investigación de la Cirugía Estética.
Expertos médicos dijeron que el problema surge, en parte, al tener a asistentes médicos y a enfermeras realizando partes clave del levantamiento de glúteos en lugar de a médicos. También es la consecuencia de un modelo de negocio motivado por los beneficios, no por la seguridad, que incentiva a los cirujanos a superar el número de operaciones estipulado en sus contratos.
En mayo, después de que muriera el quinto paciente en varios meses por complicaciones en el condado de Miami-Dade, el doctor Kevin Cairns propuso una norma estatal de emergencia para limitar el número de operaciones de levantamiento de glúteos que un cirujano pudiera realizar al día.
“Estaba harto de leer sobre mujeres que morían y de ver casos que llegaban a la junta”, explicó Cairns, médico y ex miembro de la Junta de Medicina de Florida.
Algunos médicos realizaban hasta siete cirugías, según expedientes disciplinarios contra cirujanos abiertos por el Departamento de Salud de Florida. La norma de emergencia las limitaba a no más de tres, y exigía el uso de una ecografía para ayudar a los cirujanos a reducir el riesgo de coágulo de grasa pulmonar.
Pero un grupo de médicos que realizan operaciones de levantamiento de glúteos brasileño en el sur de Florida, respondió formando la organización Surgeons for Safety. Argumentaron que los nuevos requisitos empeorarían la situación. Los médicos calificados tendrían que hacer menos procedimientos, dijeron, lo que llevaría a los pacientes a acudir a profesionales médicos peligrosos que no siguen las reglas.
Desde entonces, el grupo ha donado más de $350,000 al Partido Republicano del estado, a candidatos republicanos y a comités de acción política republicanos, según datos de contribuciones a campañas del Departamento de Estado de Florida.
Surgeons for Safety declinó las repetidas solicitudes de entrevista de KHN. Aunque el presidente del grupo, el doctor Constantino Mendieta, escribió en un editorial, en agosto, que estaba de acuerdo en que no todos han seguido los estándares de cuidado, calificó de “arbitrarios” los límites impuestos a los cirujanos. La norma sienta “un precedente histórico de controlar a los cirujanos”, declaró durante una reunión con la junta médica de Florida.
En enero, la senadora republicana por Florida, Ileana García, presentó un proyecto de ley ante la legislatura estatal que propone que no haya límite en la cantidad de levantamiento de glúteos brasileños que un cirujano pueda realizar en un día. En cambio, requiere que los centros de cirugía en consultorios, en donde se realizan los procedimientos, cuenten con un médico por paciente, y prohíbe que los cirujanos trabajen en más de una persona a la vez.
El proyecto de ley también permitiría a los cirujanos delegar algunas partes del procedimiento a otros médicos bajo su supervisión directa, y el cirujano debe usar un ultrasonido.
La legislatura de Florida se vuelve a reunir el 7 de marzo.
Se pide precaución a los consumidores que estén pensando en someterse a procedimientos estéticos. Al igual que Ruston, muchas personas basan sus expectativas en las fotos del antes y el después, y en los videos de marketing publicados en plataformas de redes sociales como Facebook, Snapchat e Instagram.
“Eso es muy peligroso”, afirmó Basu, de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos. “Se entusiasman con un precio bajo y se olvidan de hacer los deberes”, añadió.
El precio promedio de un levantamiento de glúteos en 2021 fue de $4,000, según datos de la Aesthetic Society. Pero eso es solo por los honorarios del médico y no cubre la anestesia, los costos de la sala de operaciones, las recetas y otros gastos. Un levantamiento de glúteos brasileño “seguro”, realizado en un centro acreditado y con los cuidados postoperatorios adecuados, cuesta entre $12,000 y $18,000, según un artículo reciente en el sitio web de la Sociedad Americana de Cirujanos Plásticos.
Aunque Florida requiere una licencia médica para realizar una liposucción en pacientes que están bajo anestesia general, es común que profesionales médicos de nivel medio, como los asistentes médicos y las enfermeras, realicen el procedimiento en un consultorio, según el doctor Mark Mofid, coautor del estudio, de 2017, del grupo de trabajo de la Fundación para la Educación e Investigación de la Cirugía Estética.
Al depender de personal que no tiene la misma capacitación especializada y recibe menos paga, los cirujanos que trabajan en consultorios pueden completar más levantamientos de glúteos por día y cobrar un precio más bajo.
“Los hacen todos a la vez, en tres o cuatro salas distintas, y los atiende un solo cirujano”, explicó Mofid, cirujano plástico en San Diego, quien agregó que él no realiza más de un levantamiento de glúteos brasileño al día. “El cirujano no es quien está sobre el caso real, son sus asistentes”.
Basu dijo que los pacientes deben preguntar si su médico puede realizar el mismo procedimiento en un hospital o un centro de cirugía ambulatoria, donde hay reglas más estrictas que en los consultorios, en términos de quién puede realizar levantamiento de glúteos y cómo deben hacerse.
Se les recuerda a las personas en busca de gangas que la cirugía estética puede tener otros riesgos graves más allá de los mortales coágulos de grasa, como infecciones y perforación de órganos, además de problemas en los riñones, el corazón y los pulmones.
A la cirugía de Ruston la realizó un cirujano plástico certificado que dijo haber encontrado en Instagram. En un principio se le presupuestó $4,995, que dijo haber pagado en su totalidad antes de la cirugía. Pero cuando llegó a Miami, contó que la clínica agregó cargos por liposucción, y por prendas y dispositivos posquirúrgicos.
“Terminé pagando unos $8,000", dijo Ruston. Pocos días después de regresar a Lake Alfred, Ruston empezó a sentirse mareada y débil, y llamó al 911.
Los paramédicos la llevaron a la sala de emergencias, donde le diagnosticaron anemia por pérdida de sangre e infecciones sanguíneas y abdominales, según su historia clínica.
“Si pudiera volver atrás en el tiempo”, concluyó, “no me lo habría hecho”.
[Reporte de Daniel Chang, con la colaboración de Chaseedaw Giles, de KHN]
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