El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tensó el miércoles los lazos con España al proponer "una pausa" en las relaciones bilaterales, subiendo el tono de las críticas contra las autoridades y empresas del país europeo, uno de los principales inversores en la nación latinoamericana.
En el pasado, López Obrador, ha acusado a firmas españolas como la energética Iberdrola, la petrolera Repsol y la constructora OHL -ahora OHLA- de haberse confabulado con los gobiernos previos para cometer ilícitos a través de contratos públicos "dañinos" para México.
"Vale más darnos un tiempo, hacer una pausa. A lo mejor cuando cambie el Gobierno ya se restablecen las relaciones", dijo el mandatario. Sin embargo, cuando se le preguntó sobre los efectos concretos de su declaración dio a entender que no significaba, aparentemente, la ruptura de lazos diplomáticos.
"No, no, no, no, no, eso no se puede hacer, imagínense los internacionalistas, los diplomáticos, si de por sí me cuestionan (...) implica un comentario, ¿ya no puedo hacer un comentario?", respondió a las insistentes preguntas de los periodistas.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores español declinó realizar comentarios a una consulta de Reuters sobre la cuestión. La cancillería mexicana tampoco ofreció mayores explicaciones.
Entre sus argumentos para proponer "la pausa" en la relación, el mandatario, conocido por su acrónimo AMLO, denunció que antes de llegar al poder había "un contubernio" y "una promiscuidad económica, política" entre las cúpulas de los gobiernos de ambos países, un fenómeno que se repitió en tres mandatos presidenciales previos al suyo, dijo.
"México llevaba la peor parte, nos saqueaban", manifestó el gobernante, que en los últimos meses ha impulsado una polémica reforma del sector eléctrico para dar mayor preeminencia al Estado en detrimento del sector privado.
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