Más de 1.600 dosis de la vacuna rusa Sputnik V fueron administradas al personal de salud en los nueve departamentos de Bolivia en la primera fase de la inmunización. Esta vacuna debe ser aplicada en dos dosis con diferencia de 21 días.
En el repunte de contagios, muchos médicos y enfermeras se contagiaron de COVID-19, creando más alarma en la nación. Sin embargo, la llegada de las vacunas es un paso importante para respaldar el trabajo de quienes siguen luchando, en primera línea, como asegura la enfermera Zulma Fernández que trabaja en un hospital público en Cochabamba.
“Un poco nerviosa pero ya posteriormente, como yo he decidido voluntariamente hacerme vacunar, ya más tranquila (…) Feliz porque es una dosis de esperanza para todo el personal que estamos en primera línea”, dijo la enfermera.
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También se espera que lleguen las vacunas Pfizer y AstraZeneca que están destinadas a Bolivia a través del mecanismo COVAX, sin embargo no ocurrirá este mes, como había dicho el presidente Luis Arce.
La aclaración llegó de parte de Santiago Cornejo, director del mecanismo COVAX para Latinoamérica: “Es una asignación de casi 100.000 dosis de Pfizer, es decir para el primer trimestre y también se les han asignado 900.000 dosis de AstraZeneca, pero eso es para la primera mitad del año. Las de AstraZeneca es pre-asignación, no es una asignación final”.
Como parte de su plan estratégico, el Gobierno de Bolivia contrató a más de 3.000 trabajadores para unirse al personal de salud y así aumentar la capacidad de atención en los hospitales, también prepara la promulgación de la ley de emergencia sanitaria.
Sin embargo, médicos y enfermeras rechazan esta normativa, argumentando que en uno de sus artículos más polémicos prohíbe la "interrupción de los servicios de salud" a causa de cualquier tipo de protestas del sector.
La pandemia ha continuado golpeando a Bolivia. La segunda ola ha llevado a la acumulación de cadáveres, superando la capacidad de funerarias y cementerios, según dijeron funcionarios a la agencia Reuters.
Los bolivianos están preocupados de que un creciente atraso en los entierros podría provocar otro foco de infección.
Jorge Silva, viceministro de Protección al Consumidor de Bolivia, dijo que las autoridades encontraron cadáveres en los pisos de los garajes, patios traseros y pasillos de las funerarias. Alegó que algunos han tratado de beneficiarse indebidamente del reciente aumento de muertes, llevándose más cadáveres de los que pueden manejar con las debidas medidas de seguridad.
Hasta el domingo, 10.796 personas habían muerto en Bolivia a causa del coronavirus, según reportó el Ministerio de Salud y Deportes en su cuenta de Twitter.