Brasil superó la cifra de los 300.000 fallecimientos confirmados por COVID-19, colcándose en el segundo puesto en el mundo al superar la cantidad. Todo ello en medio de una nueva ola de infecciones con cifras récord de muertes en los últimos días.
Sigue los pasos a Estados Unidos, que llegó a esa cifra el pasado 14 de diciembre. No obstante, la población estadounidense es superior.
El Ministerio de Salud de Brasil reportó el miércoles 2.009 decesos diarios por COVID-19, con lo que alcanzó un total de 300.685. El día previo el país impuso una marca con 3.251 fallecimientos en un sólo día.
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Según reportes de la prensa local, las cifras más recientes podrían estar impactadas por variaciones en el sistema de contabilización del gobierno. El recién nombrado ministro de Salud, Marcelo Queiroga, dijo en conferencia de prensa que revisaría si los números habían sido reducidos de manera artificial.
Los datos de la pandemia generan cada vez más preocupación a los gobernadores y alcaldes del país sudamericano. Temen que abril pueda ser tan grave la situación, como ocurrió en marzo, cuando es visible la saturación de los hospitales.
Ante las cifras altas de fallecimientos, expertos del sector de la salud señalan entre otras causas a la falta de coordinación política, el surgimiento de nuevas variantes más contagiosas y a la indiferencia por los protocolos de salud en muchas partes del país.
El presidente Jair Bolsonaro se reunió el miércoles con titulares de otras ramas del gobierno con el fin de coordinar las labores de respuesta a la pandemia. Pero no propuso ninguna medida para lidiar con el brote. Desde que comenzó la pandemia, Bolsonaro, que se infectó, ha restado minimizado la gravedad del coronavirus en varias ocasiones. Ha insistido en que la economía no debe detenerse para evitar males mayores. De hecho ha sido en ocasiones severo criticando medidas locales para contener la pandemia.
[Con información adicional de Laura Sepúlveda]