La Guardia Costera de Estados Unidos está siguiendo muy de cerca las operaciones de pesca ilegal que se producen en el hemisferio occidental y que tienen consecuencias nefastas para la economía de millones de personas.
Por eso, este viernes el gobierno de Estados Unidos instó a todos sus aliados en la región a crear alianzas para combatir los casos de pesca ilegal y paliar los efectos negativos que esa práctica tiene en la economía y en la sostenibilidad en todo el planeta.
En una conferencia de prensa telefónica, el comandante de la Zona Atlántica de la Guardia Costera de EE.UU., el vicealmirante Steven Poulin, y el director interino de la Oficina de Conservación Marina del Departamento de Estado, David Hoagan, aseguraron que “la pesca ilegal afecta a más de 1.300 millones de personas que dependen de la pesca”.
También lea ¿Es la flota pesquera de China una creciente amenaza para la seguridad?En esa línea, también señalaron que “socava la soberanía y el Estado de derecho de Estados Unidos”, por lo que defendieron su iniciativa para poner fin a esta problemática.
La Guardia Costera de EE.UU. ha impulsado la operación 'Southern Cross' ('Cruz del Sur' en español) con el objetivo de suscribir alianzas en materia de seguridad marítima mucho más prosperas con sus socios de la región sur del continente.
Si se lleva a cabo una operación de gran envergadura, dijeron los altos funcionarios, se podrá “contrarrestar la pesca ilegal, no declarada y no regulada en la zona del sur del Atlántico”.
Para ello hay un equipo a bordo del buque Stone que ya ha realizado algunas operaciones junto a Guyana, Brasil, Uruguay y Portugal, que han colaborado en varias misiones.
Es un problema que socava la sostenibilidad de las poblaciones de peces y de la industria pesquera” David Hoagan director interino de la Oficina de Conservación Marina
“Este es un buque que se utiliza para que la tripulación esté lista para actuar en cualquier momento y pueda responder ante cualquier operativo”, decía el vicealmirante Poulin agregando que las operaciones que se han llevado a cabo junto a otras naciones han permitido “intercambiar información” y “crear conciencia sobre la problemática a nivel global”.
Pero no es suficiente. Se requiere la participación y el compromiso de más gobiernos para impulsar una regulación capaz de combatir la pesca ilegal.
“La aplicación conjunta de operaciones ha de servir para asegurar que haya aplicación de la ley en cuanto a la pesca ilegal”, agregó al respecto.
Por su parte, Hoagan advirtió que la pesca ilegal “es un problema que socava la sostenibilidad de las poblaciones de peces y de la industria pesquera” e insistió en que “requiere una solución global” por medio de una “misión estratégica” respaldada por el máximo número de países posibles.