La pandemia ha agravado sustancialmente las condiciones de vida de los migrantes venezolanos que se encuentran en los países de acogida.
Esta fue una de las conclusiones y las temáticas que abordaron los participantes del seminario virtual "Esclareciendo el Panorama: Una mirada a los datos sobre migrantes y refugiados venezolanos en América Latina y el Caribe", en el que un grupo de investigadores del MPI (Migration Policy Institute), con apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), arrojaron los hallazgos del perfil regional de los migrantes y refugiados venezolanos que viajaron a través de 11 países de América Latina y el Caribe, durante 2019.
Eduardo Stein, representante Conjunto ACNUR-OIM para Refugiados y Migrantes Venezolanos, manifestó que, desde marzo de 2020, con el inicio de la pandemia y las medidas restrictivas de los gobierno de la región "para preservar la vida y la salud de las poblaciones, se ha reducido un dramático impacto en el deterioro de las condiciones de vida de los venezolanos en los países receptores".
El representante expuso que los desalojos, desempleo y problemas para acceder a salud y educación han sido los principales problemas que han marcado la coyuntura.
"La imposibilidad prácticamente, en la mayoría de casos, de cumplir con las reglas de distanciamiento social y aislamiento, han generado retrocesos dignificatorios en la posibilidad de integrarse a los países de recepción", agregó.
También aseguró que el retorno de refugiados venezolanos a su país está en un 2% y que, "con la pandemia alcanzando su pico en América Latina y el Caribe, el panorama actual en la región es desalentador, en particular, para quienes se encontraban en situación de vulnerabilidad".
Incluso, señaló que a pesar de los esfuerzos de los países receptores por integrarlos, se requieren más medidas para que sea más efectivo.
También lea Casi 2.000 migrantes venezolanos varados en Colombia esperan por acceso a su paísDiego Chaves, experto en política migratoria en América Latina, del MPI, explicó que desde mediados de marzo de este año, las tendencias migratorias y condiciones de los migrantes "han cambiado drásticamente". Las políticas han restringido oportunidades de trabajo, en especial en el ámbito informal".
En cuanto a los retos en medio de la pandemia, Chaves señaló que se puede explorar iniciativas para apoyar a los migrantes e incluirlos en los mercados laborales.
Perfil de los migrantes
Sobre los resultados de la investigación, Chaves explicó que se pudieron identificar tres grupos de países que atraen a refugiados y migrantes. El primero, conformado por los vecinos inmediatos de Venezuela (Brasil, Colombia, Guyana, y Trinidad y Tobago) albergan a venezolanos con bajo nivel educativo, la mayoría con la secundaria secundaria. Jóvenes y solteros, con acceso restringido a servicios de salud. En Colombia y Trinidad y Tobago, han expresado "un tanto mayor" la intención de querer retornar a su país. (17 y 5% respectivamente).
El segundo está conformado por Ecuador y Perú, que están más cerca, pero no comparten una frontera inmediata con Venezuela. Allí se encuentran migrantes venezolanos jóvenes, con titulo técnicos o superiores. Chaves explicó que más de la mitad eran solteros, pero con un espectro más dividido que el primer grupo entre casados, divorciados, solteros, etc.
El último grupo está conformado por países como Argentina, Chile, Paraguay y Costa Rica que, se encuentran más lejos de Venezuela, donde más de 90% de venezolanos expresaron su de quedarse allí a largo plazo. La mitad o más habían completado un titulo universitario o un postgrado, explicó el investigador.
Sobre los datos recopilados sobre el empleo, el experto del MPI señaló que en las ciudades se muestra que el 78% adultos venezolanos ya estaban trabajando. En Argentina, por ejemplo, la cifra era del 88%.
La mayoría, en el mercado informal y, "cuando el trabajo informal es la norma, es probable que muchos nos e adhiera a las medidas en la pandemia".
Disparidad en números
Diego Chaves también llamó la atención sobre la "disparidad en número y la realidad", pues según explicó, "se manejan números que, aunque son muy útiles, dejan de lado que existen varios migrantes y perfiles migratorio". Y dio el ejemplo de Colombia donde, añadió, se habla de 1, 7 millones de migrantes, pero se deja atrás que "existen además los retornados colombianos, migrantes en tránsito y migrantes pendulares".
"Si sumamos esta variables, el índice de presión que le están demandando servicios al estado colombiano es de casi 8 millones de personas", que equivalen a la población de la capital colombiana.
O Ecuador, añadió, donde "más de tres millones de de venezolanos han transitado por ese país", casi el volumen de población de Quito.
Resaltó, entonces, el trabajo de la Matriz de Seguimiento de Desplazamiento (DTM por sus siglas en inglés) para reunir datos intersectoriales, mediante evaluaciones detalladas en todos los países de América Latina y el Caribe, datos usados por los investigadores del MPI.
La herramienta recolecta datos de la demografía de los migrantes, sus actividades económicas, condiciones de salud, acceso a servicios de salud, detalles de sus viajes, y los desafíos durante sus movilizaciones.
También lea Venezolanos retornados claman por volver a su casa"Las políticas públicas deben estar basadas en datos de la DTM", dijo el investigador, dada la frecuencia de su aplicación que, según él, "evidencian la verdad" y la "realidad".
Sobre la investigación
Antonio Vitorino, director de la OIM, manifestó que el estudio presentado "es un buen ejemplo de cómo el conocimiento puede beneficiar la gobernanza de la migración en la región, ayudar a preservar los derechos de los migrantes e impulsar la integración y al acomodación de políticas públicas que favorezcan tanto los protagonistas el informe, los migrantes y refugiados, pero también a los países de la región".
Eduardo Stein, agregó que este trabajo permite recolectar "datos confiables y su análisis permite una respuesta informada y precisa para mejorar las condiciones de vida de migrantes y refugiados y para acompañar los esfuerzos de las comunidades receptoras".
Dijo que un estudio en 2019 arrojó que los mayores riegos para migrantes y refugiado se asoció los peligros que corren los caminantes buscando mejores condiciones para sus familias. Stein también hablo de violencia de género, explotaciones, xenofobia, entre otras problemáticas.
Habló, además, del trabajo de la plataforma R4V para dar visibilidad a las necesidades de los venezolanos desplazados y coordinar "la respuesta humanitaria de protección e integración de sus más de 150 socios en 17 países de la región".
Así como el plan regional de respuesta, como una hoja de ruta en el tema.
Betilde Muñoz, directora del Departamento de Inclusión Social de la Organización de Estados Americanos, OEA, manifestó la importancia de generar datos e información para responder al fenómeno migratorio, señalando que "solo contando con datos se puede diseñar y poner en práctica políticas púbicas relevantes que sean pertinentes al contexto y puedan cambiar la realidad y aliviar la situación de estos migrantes".
Ademas, manifestó que hay escasez de datos y, sobre todo, uso insuficiente de intercambio de los mismos.
Y enfatizó que el perfil migratorio "puede convertirse en una fortaleza para países receptores de las Américas que deben diseñar políticas públicas" para potenciar la integración y desarrollo de la población migrante.
Durante, el seminario, también participaron Juan Francisco Espinosa Palacios, Director de Migración Colombia y Aníbal Sánchez, subjefe del Instituto Nacional de Estadística del Perú, quienes explicaron la situación de migrantes y refugiados venezolanos en sus respectivos países.