El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador expresó el miércoles sus dudas sobre su asistencia a una cumbre en Washington, el próximo 1 de julio, que él mismo había propuesto al presidente estadounidense Donald Trump con motivo de la implantación del tratado comercial entre México, Estados Unidos, Canada (TMEC, por sus siglas en inglés), que sustituye al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
"El tiempo está en contra nuestro y no será posible ahora”, le dijo López Obrador a los periodistas, si bien luego agregó: “no lo descarto aún, pero debemos esperar”.
López Obrador insinuó meses atrás que se reuniría con Trump. La semana pasada revivió la idea pero con su país siendo uno de los epicentros de la pandemia, dijo que una llamada telefónica sería una alternativa.
Sin embargo, su oficina dijo el martes que ambas partes estaban aún considerando si un encuentro sería posible. Las autoridades sanitarias mexicanas han pronosticado que México alcanzará el pico de infecciones en esta semana.
"Todo depende de la situación de la pandemia”, dijo el portavoz presidencial Jesús Ramírez.
Otro funcionario mexicano con conocimiento de la situación dijo que Washington estaba ahora interesado en que se lleve a cabo la reunión. El funcionario declinó ser identificado debido a la sensibilidad de las conversaciones.
"Trump puede ser muy persistente, él realmente lo quiere. Me imagino”, dijo el excanciller mexicano, Jorge Castañeda, autor del libro titulado “Estados Unidos, en la intimidad y a la distancia”.
La idea de reunirse con Trump en plena campaña para su reelección fue recibida con sorpresa en México, donde el presidente estadounidense es considerado por muchos persona non grata por sus habituales ataques verbales contra los mexicanos y su decisión de construir un muro fronterizo.
La reunión en Washington supondría el primer viaje al extranjero de López Obrador desde que asumió la presidencia. Aún está fresca en la memoria de los mexicanos un fallido encuentro de Trump con el anterior presidente, Enrique Peña Nieto, en el 2016, cuando el estadounidense aún no había sido electo, el cual afectó la imagen del entonces mandatario mexicano.
“Aquí no hay ninguna ganancia para México”, dijo Castañeda, advirtiendo que esa reunión podría ser vista por los demócratas estadounidenses como apoyo a la campaña de Trump.