El nuevo cruce de acusaciones y advertencias de los últimos días entre el gobierno de Nicolás Maduro y la administración de Iván Duque, en Colombia, calentó nuevamente las ya nulas relaciones diplomáticas entre los dos países.
La orden de Maduro a los militares de “limpiar los cañones de los fusiles”, ante el anuncio de Colombia de activar en la frontera un comando élite contra el delito trasnacional, atizó la disputa entre los dos países. El recién nombrado ministro de Defensa de Colombia, Diego Molano, atribuyó la respuesta del gobierno en disputa de Venezuela a su relación con el narcotráfico y al miedo que, según explicó, genera en ese país la lucha frontal de Colombia contra este flagelo.
También lea Oficialismo venezolano pide a Colombia cese de sus "intenciones violentas”“Lo único que le puede decir a Maduro y a Venezuela es que dijeron lo mismo en la época de Uribe, lo repitieron en le época de Santos y ahora lo vuelven a repetir en esta época, a mí lo que me preocupa es que oyeron un proceso donde dice combate al narcotráfico y se asustaron. En Colombia siempre hemos combatido el narcotráfico y este comando especial lo que busca es combatir el narcotráfico y toda su cadena, pero la gran preocupación y lo que me parece extraño es que oyeron la palabra narcotráfico y se preocuparon”.
Consultado por la Voz de América, el analista internacional y profesor de política de seguridad y defensa de la Universidad Externado de Colombia, Jairo Libreros, señaló que la intención de Maduro es recurrir nuevamente al nacionalismo para paliar la incapacidad de su gobierno de atender las necesidades de los venezolanos y Colombia no puede prestarse a ese juego que podría traer graves consecuencias.
“El gran riesgo es que Bogotá, en una torpeza o en un acto imprudente en temas diplomáticos, se suba a la pelea y acepte cualquier tipo de interlocución con el dictador Maduro, porque en cualquier momento se puede disparar un fusil en la frontera y el resultado podría ser devastador", dice el analista.
Libreros indicó que el anuncio de Colombia de implementar el Estatuto Temporal para los Migrantes fue una “bofetada política” bastante fuerte contra el gobierno de Venezuela, que buscará deslegitimar el proceso con las acostumbradas acusaciones contra el gobierno de Colombia, como las lanzadas, en los últimos días, por el ministro de Defensa del vecino país, Vladimir Padrino López, en el sentido de que desde Colombia se ha contactado a más de 500 uniformados venezolanos en busca de información de inteligencia militar.
El analista afirma que la respuesta de Colombia debe ser diplomática, recurriendo a terceros países u organismos multilaterales como el Grupo de Rio o la Organización de Estados Americanos (OEA), “para bajarle la temperatura a la tensión y de manera particular para evitar que Colombia cometa un error político, diplomático o militar”. Finalmente, el analista señaló que el pronunciamiento del ministro Diego Molano fue un error, en la medida que le proporciona aire al gobierno de Maduro.