El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, ha expresado su preocupación por los últimos acontecimientos en El Salvador, después de que su presidente Nayib Bukele anunciara la destitución de los cinco jueces de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, que representa la instancia más alta del país, además del titular de la Fiscalía General del Estado.
Almagro advirtió que esta situación podría ser el preámbulo visto en el pasado en países como “Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia”. “Con una dinámica de persecución política, ¿vamos a regalar que un país vaya hacia ese lado?”, cuestionó el máximo responsable de la OEA durante su participación en el foro “Defensa de la Democracia en las Américas” organizado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) el miércoles cinco de mayo en la ciudad de Miami, Florida.
En su opinión, la comunidad internacional debe comprometerse en esta causa para “ayudar que la democracia funcione en El Salvador”.
El secretario general recalcó que su preocupación no tiene que ver con los artículos de la Constitución de El Salvador en los que se amparó Bukele para defender la destitución de los jueces, sino que se basaba en el uso del poder para lo que, en su opinión, representa “un recorte de poderes”.
“Hay que garantizar la independencia de poderes”
“El presidente Bukele ha citado artículos de la Constitución, pero ese no es el punto. El punto es que la democracia cuando se ejerce con mayoría no implica que deba haber una acortación de poderes, sino que deba respetarse la independencia de poderes”, advirtió durante su intervención.
Con todo, considera que la mayoría de la Asamblea de El Salvador tiene que actuar con “responsabilidad” para garantizar que en el país se cumple con la independencia de poderes.
“Esa mayoría es responsable de la independencia de poderes y ese es el punto clave, y tiene que apuntar hacia esa dirección”, señaló agregando que la administración gobernada por Bukele tiene que “generar pesos y contrapesos para que El Salvador siga con una dinámica democrática”.
La OEA, que sigue muy vigilante los movimientos de la Asamblea salvadoreña, defiende que las instituciones de la región deben “ofrecer las mejores condiciones de independencia” que permitan a actores independientes “auditar y monitorear” las acciones de los servidores públicos.
“Ahí viene la parte del balance de poderes. Por eso, el Consejo del Poder Judicial tiene que ser independiente, un Congreso tiene que ser fuerte y los poderes del estado tienen que funcionar siempre de la mejor manera”, abogó Almagro.
Bukele, sorprendido por la reacción de la comunidad internacional
El mandatario salvadoreño, por su parte, dice no entender la controversia que se ha generado a raíz de esta situación y manifestó su asombro por las reacciones que esa decisión había provocado en la comunidad internacional. Por eso, esta semana se reunió con varios diplomáticos de la OEA, de las Naciones Unidas y de la Unión Europea para dar su versión de los hechos. En su encuentro explicó que el sábado la mayoría de los legisladores de la Asamblea, liderada por el partido de Bukele Nuevas Ideas, procedieron a destituir a los magistrados y que se escogieron a sus sucesores el mismo día.
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Estados Unidos se posiciona
A pesar de que el encargado de la embajada de Estados Unidos en el país no participó en la reunión, la vicepresidenta Kamala Harris criticó esta postura.
“Una rama judicial independiente es crítica para una democracia saludable y una economía fuerte. En este frente, y en todos, debemos responder”, señaló la número dos del Gobierno estadounidense a través de sus redes sociales.
El “castrochavismo”, el culpable de la desestabilización
Por otro lado, el secretario general de la OEA insitió en que hay que “resolver los problemas estructurales” que hay en la región latinoamericana y que atienden a los casos de corrupción e impunidad que se dan en muchas instituciones de los gobiernos. Ante este escenario, considera que la democracia está en una situación de fragilidad por lo que hay que reforzar los mecanismos de transparencia con el objetivo de mejorar la democracia.
En su opinión, los movimientos de Cuba y Venezuela a través del denominado “castrochavismo” han estado implementando “dinámicas de desestabilización” poniendo en peligro los sistemas democráticos de las naciones del sur del continente.
Cuba no es miembro de la OEA. En el 2009, el organismo regional levantó la suspensión sobre La Habana y le abrió nuevamente las puertas para su reincorporación, pero el gobierno comunista cubano ha descartado su interés en volver a la entidad regional.
Tanto La Habana como el Gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, no hacen acuse de recibo de lo que se discute en la OEA y han criticado a menudo el desempeño de Almagro, que describen de "execrable e histérico" y a la OEA como "una lamentable organización.
No obstante, Almagro reiteró sus críticas el miércoles.
“Todo eso viene a partir de las dinámicas de desestabilización. A partir de Cuba ha habido la desestabilización hemisférica, primero a través de las guerrillas, después de una forma mucho más sutil con dinero bolivariano que permitió bombear al sistema democrático a través de la financiación de campañas políticas”.
Ante esto, subrayó Almagro, que “queda mucho por trabajar” y que “nunca se puede dar nada por descontado”.
“Nunca se puede descansar sobre la democracia. Tenemos que generar condiciones. Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia son el claro ejemplo del fracaso democrático”, concluyó avisando que “ir por el camino de la dictadura es ir por el camino del fracaso”.
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