Tras dos días de reuniones, el gobierno de Uruguay tomó una serie de medidas para reducir la circulación de las personas y tratar de frenar el avance del coronavirus, que ha repuntado recientemente en el país.
El presidente Luis Lacalle Pou encabezó encuentros con las autoridades sanitarias, ministros y con el grupo de científicos que asesora en forma honoraria al gobierno.
Entre las medidas anunciadas está que los funcionarios públicos pasarán a trabajar desde sus casas por internet, los bares y restaurantes deberán cerrar a medianoche y se suspendieron todos los deportes que se practiquen bajo techo.
Aumentan controles en el transporte público
También se aumentarán los controles en el transporte público para que no haya aglomeraciones, en las empresas para que se cumplan los protocolos y se fiscalizará que no haya fiestas clandestinas.
El matemático Fernando Paganini, que integra el grupo de científicos, afirmó que los números muestran un deterioro de la situación con un aumento acelerado de los casos de COVID-19.
“Observamos que los casos se duplican en este momento en el orden de los 15 días”, dijo Paganini.
En conferencia de prensa, el presidente Lacalle Pou recordó que si se enfría la economía habrá más desempleo. Explicó que las medidas tomadas intentan parar el avance del virus.
“Estamos tratando de contagiar un desafío. Nosotros estamos desafiando a las estadísticas, una cosa típica de los uruguayos”, declaró el presidente.
En las medidas no se incluyó el cierre de las escuelas, ya que según Lacalle Pou el año escolar ya ha sido muy complejo y ha provocado una brecha educativa.
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Desde el 13 de marzo hasta la fecha han muerto en Uruguay 78 personas por COVID-19, y el total de casos activos en el país asciende a 1.463.