Los votantes ecuatorianos rechazaron la gestión del gobierno de Lenín Moreno y buscan alternativas, aseguraron expertos a la Voz de América después de que los resultados de las elecciones presidenciales el domingo encaminan al país a una segunda vuelta.
A cierre de la edición del lunes, el economista Andrés Arauz, el candidato cercano al expresidente socialista Rafael Correa, encabeza los resultados con un 32,19% de los votos, asegurando su puesto en la segunda vuelta. Casi empatados, le siguen el abogado y activista indígena, Yaku Pérez con el 19,87% y un 19,59% a favor del exbanquero Guillermo Lasso.
Para Oswaldo Moreno, consultor político, el resultado de esta primera vuelta está profundamente vinculado al malestar social que estalló en octubre del 2019, con masivas protestas en contra de las medidas de austeridad de Moreno.
“Hay que tomar en cuenta que este resultado es producto de octubre; es parte de un proceso político que va más allá de las encuestas”, dijo el experto a la VOA.
En octubre del año pasado, miles de ecuatorianos se tomaron las calles a raíz de la eliminación de subsidios al combustible. Los movimientos indígenas tomaron el liderazgo de las protestas, llevando a una eventual negociación y acuerdo para salir de la convulsión.
El candidato Pérez, del movimiento político Pachakutik, participó en esas negociaciones y, para Oswaldo, su popularidad en las elecciones es una “gran sorpresa” pero también consecuencia, en parte, de las protestas.
Diana Dávila, politóloga de la Universidad de Leiden, en Holanda, que estudia los partidos políticos étnicos en Ecuador, no está de acuerdo con esta lectura.
No puedes pensar que el único votante de Yaku Pérez es el indígena (…) sino también mestizo”
Diana Dávila, politóloga de la Universidad de Leiden
“La movilización del año pasado (…) refleja que el movimiento indígena aún tiene capacidad de movilizar a las bases, pero no necesariamente estas bases se traducen en apoyos”, explicó la investigadora a la VOA. “No puedes pensar que el único votante de Yaku Pérez es el indígena (…) sino también mestizo”, agregó.
Pérez, señala Dávila, se posicionó como una fuerte oposición a Correa, con una agenda ambientalista, en contra de la minería ilegal y se define como parte de la “izquierda ecológica”.
Lasso, el candidato que le pisa los talones a Pérez, representa la oposición de Correa por la derecha. Ex director del Banco de Guayaquil, el conservador promete revivir la economía con un aumento de capital extranjero y reducción de impuestos. El político, sin embargo, obtuvo una menor cantidad de votos de lo esperado.
Michael Shifter, director del centro de pensamiento Diálogo Interamericano, con sede en Washington DC, atribuye los resultados a la situación económica del país, donde el rechazo a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI por sus siglas en inglés) estuvo en el centro de las protestas.
“Es muy difícil en un contexto tan complicado y tan negativo en Ecuador, que un candidato con un mensaje muy demarcado [en pro] de las organizaciones internacionales tenga mucho apoyo”, observó el experto.
La economía ecuatoriana, dependiente en gran parte del petróleo, se redujo en un 9% el año pasado y la pandemia del coronavirus golpeó al país el año pasado, dejando por lo menos 15 mil muertos.
Arauz, vuelta al "correísmo"
Arauz, el candidato que logró más votos en esta primera vuelta, representa una vuelta a la política de Correa, marcada por los programas sociales durante el alza de los precios del petróleo y la importación de productos.
La popularidad del joven político -una figura poco conocida para los ecuatorianos que despegó al ser apadrinado por Correa- demuestra el peso del legado del expresidente socialista en el país.
También lea En fotos: Ecuador acude a las urnas buscando cambiar el rumbo del país“Su número de votos no es sorprendente (…) el efecto del gobierno Correa fue palpable y sería muy sorprendente que [su candidato] no recibiera el apoyo de los votantes que se beneficiaron de su política pública”, dijo Dávila, quien completó su PHD en la Universidad de Leiden.
Shifter considera que, aunque significativo, el apoyo a Arauz no representa a la “mayoría de los ecuatorianos” por la corrupción que dejó el gobierno de Correa.
El expresidente, representante del movimiento socialista que ganó tracción en la región en los años 2000, fue condenado por corrupción en abril del año pasado, en una sentencia que le impide ostentar cargos públicos por 25 años. Correa, quien vive en Bélgica, rechazó el juicio llamándolo una caza de brujas.
Moreno, exaliado de Correa, rompió con el líder político después de ganar las elecciones del 2017 y dio un giro de 180 grados a las políticas socialistas, estrechando los lazos con Washington y promoviendo la austeridad económica. Para inicios de febrero, la popularidad de Moreno se desplomó a un 8% con un 92% de los ecuatorianos calificando de “mala” su gestión, según la firma Click Report. El mandatario no se presentó a la reelección.
El gobierno de EE. UU. felicitó a Ecuador por "ejercer el derecho democrático más sagrado" y pidió "respetar" el proceso establecido por el Consejo Nacional Electoral que indica habrá una segunda vuelta en abril, dijo en un comunicado el embajador de este país en Ecuador.