La propuesta del presidente de Colombia, Gustavo Petro, de un plebiscito en Venezuela que garantice la vida y los derechos políticos del candidato perdedor de la elección presidencial del 28 de julio, es considerada por analistas como “ambigua”, pero “conveniente”.
"Un pacto democrático para cualquiera que pierda, certeza y seguridad sobre su vida”, dijo el miércoles Petro tras un encuentro en Bogotá con su homólogo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.
El plebiscito o referéndum, según esta propuesta, se haría en simultáneo a los comicios de julio, en los que el presidente Nicolás Maduro se presenta a un tercer mandato, pese a su bajísima intención de voto, que según firmas privadas ronda entre el 15 % y 20 %.
Maduro, de 61 años, busca proyectarse a 18 años en el poder.
La oposición, por su parte, no pudo inscribir a la líder y favorita en las encuestas María Corina Machado, ni a su sustituta Corina Yoris. Entonces, la coalición registró a un candidato "provisional", Edmundo González Urrutia, con la idea de cambiarlo antes de la votación.
Los expertos consideran que la propuesta de Petro, de entrada, es un “reconocimiento” a la “ausencia de Estado de derecho y de la justicia” en Venezuela, gobernada por el chavismo desde hace 25 años.
“Tanto Petro como Lula quieren que la situación de Venezuela se normalice lo más posible (...) A ningún país le conviene tener un vecino que está en inestabilidad política permanente, eso no es bueno”, dijo a la Voz de América el internacionalista Iván Rojas, en relación a la propuesta del mandatario colombiano, que considera busca una "transición ordenada".
Y en eso coincide el también internacionalista Luis Angarita.
“Es Colombia el principal interesado en resolver el problema político interno en Venezuela por la afectación que tiene de las consecuencias de la conflictividad (...) por la migración, que se deriva de las crisis institucional y económica que hay en Venezuela”, comentó.
La semana pasada, Petro habló de “paz política” tras mantener una reunión en Caracas con Maduro.
Antes también calificó como un “golpe antidemocrático” que no se haya permitido a Machado, ganadora de la primaria opositora, inscribirse en los comicios.
¿Disminuir costos para la salida del chavismo?
“Estamos hablando de un acuerdo político que calme las aguas de ambos lados”, señaló Rojas, en relación a la propuesta del mandatario colombiano.
Para Angarita, “la certidumbre es importante para generar garantías, por lo tanto (la propuesta) es conveniente”.
Por su parte, el consultor político e internacionalista Luis Peche Arteaga explica a la VOA que lo que se buscaría con la posible convocatoria a plebiscito es “disminuir los costos de salida del chavismo” del poder.
“¿Por qué motivo dejaría el chavismo el poder tomando en cuenta que tiene investigaciones de la justicia internacional, precio por la cabeza de Nicolás Maduro?”, pregunta.
Se refiere a que en 2020, Estados Unidos acusó a Maduro de "narcoterrorismo" y ofreció entonces 15 millones de dólares por información que permita su arresto.
El gobierno de Maduro también está bajo investigación en la Corte Penal Internacional (CPI) por supuestos crímenes de lesa humanidad, tras la represión de multitudinarias protestas.
“Existen muchas amenazas que hacen que no sea viable pensar en la salida de Maduro por una vía institucional pese a que lo justo es que el proceso de elección nos lleve a que la mayoría se imponga y ejerza gobierno”, sigue Peche.
Para el politólogo Nicmer Evans “el mensaje es claro”. El plebiscito buscaría “resguardar la seguridad de quienes hoy ostentan el poder en Venezuela”.
Y “presuponen” los presidentes de Brasil y Colombia la derrota de Maduro como consecuencia de un proceso electoral, sigue Evans.
Reconocimiento a la ausencia de justicia
En todo caso, la propuesta de Petro es un reconocimiento internacional a que en Venezuela “hay ausencia de Estado de derecho y justicia”, agrega Evans.
“No se pide en un país que se haga un plebiscito o un referéndum consultivo sobre una cosa que está establecida ya de manera constitucional y que implica el respeto a los derechos humanos”.
Con Evans coincide la también politóloga Ana Milagros Parra. Y señala que es un tema que “tiene que verse con pinzas”.
“Es importante que aliados del gobierno están proponiendo ese tipo de mecanismos ya que están reconociendo de alguna manera que esta elección puede ser un problema dentro del país y regionalmente”.
Pero, ¿qué tan viable es un referéndum? Depende de los actores políticos internos de Venezuela, responde Angarita.
“No se sabe si existe la madurez dentro de los actores políticos internos en Venezuela para que la tal propuesta llegue a calar y compite frente a eso el escaso tiempo para organizar políticamente la redacción de la pregunta y sea incluida en el proceso electoral presidencial”.
¿Los tiempos dan para convocar un referéndum para el 28 de junio?
Desde el punto de vista técnico “es muy sencillo", pero hay “un límite”, explica a VOA Eugenio Martínez, periodista experto en temas electorales.
Se trata de “incluir simplemente una segunda pantalla de votación en las máquinas electorales y poner la pregunta y las dos opciones de respuesta: Sí o no”.
“No tiene mayor problema técnico”, afirma el experto, siempre y cuando se programen las máquinas antes de las auditorías del sistema automatizado.
Es decir, “esa decisión de qué se va a preguntar, cómo se va a preguntar y cuántas preguntas se van a presentar tienen que estar listas para el 15 de mayo aproximadamente, hay un límite técnico en este caso”.
En cualquier caso, es una propuesta desde el extranjero, sobre la que no se ha manifestado Maduro y tampoco la propia oposición.
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