La enfermedad de Steve Jobs

La variedad de cáncer de páncreas que afectó a Jobs se presenta sólo en el cinco por ciento de los casos.

Médicos explican que el cáncer de páncreas es una enfermedad de tratamiento complicado por lo difícil de su diagnóstico.

Cuando el presidente ejecutivo de la firma Apple, Steve Jobs, anunció su renuncia la semana pasada dijo que la decisión se debía a que ya no se sentía capaz de satisfacer las exigencias del cargo. Las razones son públicamente conocidas.

Se sabe que Jobs ha estado recibiendo tratamiento por padecer de cáncer de páncreas, que es la cuarta causa de muerte relacionada con esta enfermedad en Estados Unidos.

De acuerdo con oncólogos se trata de un mal complicado de tratar debido a lo difícil de su diagnóstico, puesto que los síntomas sólo se hacen evidentes cuando la enfermedad ya está en una fase avanzada.

La variedad de cáncer de páncreas que afectó a Jobs se presenta sólo en el cinco por ciento de los casos.

El especialista Khaled el-Shami, del Centro Médico de la Universidad George Washington, en la capital de EE.UU., precisó que para detectar ese tipo de cáncer no existen exámenes como los mamogramas que son efectivos frente al cáncer de mama, o las pruebas sanguíneas para detectar el de próstata.

El doctor dijo que no es sorprendente que cinco años después de haber sido sometido a una cirugía Jobs haya recibido un trasplante de hígado porque el cáncer de páncreas puede diseminarse por el organismo.

Al-Shami explicò que “los tumores neuroendocrinos tienden a pasar del páncreas al hígado, y siendo éste un órgano vital, el practicar un trasplante puede mejorar la supervivencia” del paciente.

Sin embargo, el médico señaló que aunque no deja de ser una forma radical de combatir el cáncer en ese órgano, el trasplante "no es una garantía de cura", ya que se corre el riesgo de "debilitar el sistema inmunológico”, lo que no sólo puede hacer regresar el cáncer original sino también dar lugar a la aparición de otros.

El doctor Matthew Walsh, jefe de cirugía general en la Clínica Cleveland, aclaró que la de Jobs es una enfermedad “que retorna, puede diseminarse y debilitar” a quienes la padecen.

Aunque Walsh no ha tratado nunca a Jobs y desconoce los detalles de su caso, aseguró que la operación que se le practicó puede haberle causado mayores consecuencias.