La apuesta de El Salvador por el bitcóin se redujo a la mitad el martes, ya que los más de 100 millones de dólares en compras divulgadas públicamente por el gobierno cayeron casi al 50 % de su valor.
Las 10 compras anunciadas en su momento por el presidente Nayib Bukele a través de Twitter tienen un valor de mercado de poco más de 51 millones de dólares, con la transacción individual más grande de 420 monedas a más de 59.000 dólares por moneda, casi un 63 % menos.
Bukele ha anunciado en Twitter, en al menos cuatro ocasiones, que El Salvador había comprado una "caída", un término utilizado por los comerciantes para indicar que aprovecharon una dislocación de precios que se reinicia para obtener una ganancia rápida.
Uno de los "dips" que Bukele dijo que El Salvador compró fueron 420 monedas por más de 59.000 dólares cada una a finales de octubre, un total de casi 25 millones de dólares que ahora valen 9,5 millones.
Pese a la bajada, el ministro salvadoreño de Hacienda, Alejandro Zelaya, dijo a medios locales que El Salvador "no ha tenido pérdidas".
"Hay mucha algarabía con nuestra estrategia Bitcoin, especulan con una supuesta pérdida de 40 millones de dólares que no se ha dado, porque no hemos vendido las monedas", dijo el funcionario, que fue citado por el periódico El Diario de Hoy.
Sin embargo, según la calificadora de riesgo DBRS Morningstar, los montos, tanto la inversión como la pérdida, son solo una fracción de los 3.650 millones de dólares que la nación centroamericana tenía en reservas de divisas hasta el mes pasado.
El país tiene 7.650 millones de dólares en deuda negociable pendiente según datos de Refinitiv. En enero vence un pago de 800 millones de dólares por un bono que se cotiza a 73,5 centavos por dólar y tiene un rendimiento del 67,6%.
"Los tenedores de bonos no saben cómo se realizarán los pagos de los bonos", dijo en una nota el martes Siobhan Morden, directora de estrategia de renta fija para América Latina de Amherst Pierpont Securities.
"Los datos fiscales mensuales aún no muestran un cambio de tendencia obvio, con un ritmo de gasto menor que el crecimiento de los ingresos, pero aún no lo suficiente como para reducir notablemente el déficit fiscal estructural".
* Con información de Reuters.
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