Fuerzas argelinas llevan a cabo un asalto final a la planta de gas Ain Amenas. En total habrían muerto 23 cautivos que habían sido tomados como rehenes y 32 terroristas.
Fuerzas especiales argelinas llevaron a cabo un “asalto final” este sábado a la planta de gas Ain Amenas en medio del desierto, donde islamistas aún retenían a un grupo de rehenes tras ocupar la instalación el pasado miércoles.
El ministerio del Interior de Argelia informó que la crisis de los rehenes culminó con 23 cautivos y 32 terroristas muertos, y que en virtud de la intervención militar de las autoridades recobraron la libertad 107 extranjeros y 685 argelinos.
Previamente la agencia oficial de noticias argelina, APS, había dicho que en el asalto de este sábado resultaron muertos 11 islamistas y los secuestradores asesinaron a siete rehenes.
Las autoridades argelinas estimaron inicialmente en unos 30 los terroristas vinculados a la red al Qaeda que se parapetaron en la planta, y el reporte de la agencia no especificó si algún islamista fue capturado vivo ni tampoco dio a conocer las nacionalidades de los muertos.
Según habían dicho los islamistas, tras el primer ataque de las fuerzas argelinas a la planta el jueves todavía tenían cautivos a tres belgas, dos estadounidenses, un japonés y un británico.
El incidente ha puesto de relieve la amenaza que representan en la región los grupos de terroristas islamistas relacionados con al Qaeda, que operan desde áreas remotas en Mali y en Libia.
El secretario de Defensa de EE.UU., Leon Panetta, dijo que Washington “dará todos los pasos necesarios” para proteger a los estadounidenses de la amenaza de estos grupos en Argelia y en toda la región.
Refiriéndose a la crisis ocasionada por el suceso, Panetta dijo este sábado a la televisión en Londres que EE.UU. ayudará a otros países a prevenir que los islamistas establezcan una base en la zona, y subrayó que el propósito es impedir que al Qaeda pueda llevar a cabo ataques como este.
La víspera, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo estar “profundamente preocupada” sobre la crisis de los rehenes, en ese momento en desarrollo, y pidió al gobierno de Argelia hacer todo lo posible por salvar las vidas de los secuestrados.
El comentario tuvo efecto en momentos en que la prensa argelina informaba de al menos 12 ciudadanos de ese país y varios extranjeros muertos en el primer ataque del ejército contra los islamistas en la planta.
Tarde el viernes, funcionarios confirmaron en Washington que entre los muertos figuraba el estadounidense Frederick Buttaccio. Previamente, la agencia APS había dicho que casi 100 extranjeros capturados por los islamistas habían sido liberados, y no se sabía la suerte corrida por más de 30.
Entre los rehenes había ciudadanos de EE.UU., Gran Bretaña, Japón, Noruega, Rumanía, Filipinas, Francia, Malasia y Austria.
El ministerio del Interior de Argelia informó que la crisis de los rehenes culminó con 23 cautivos y 32 terroristas muertos, y que en virtud de la intervención militar de las autoridades recobraron la libertad 107 extranjeros y 685 argelinos.
Previamente la agencia oficial de noticias argelina, APS, había dicho que en el asalto de este sábado resultaron muertos 11 islamistas y los secuestradores asesinaron a siete rehenes.
Las autoridades argelinas estimaron inicialmente en unos 30 los terroristas vinculados a la red al Qaeda que se parapetaron en la planta, y el reporte de la agencia no especificó si algún islamista fue capturado vivo ni tampoco dio a conocer las nacionalidades de los muertos.
Según habían dicho los islamistas, tras el primer ataque de las fuerzas argelinas a la planta el jueves todavía tenían cautivos a tres belgas, dos estadounidenses, un japonés y un británico.
El incidente ha puesto de relieve la amenaza que representan en la región los grupos de terroristas islamistas relacionados con al Qaeda, que operan desde áreas remotas en Mali y en Libia.
El secretario de Defensa de EE.UU., Leon Panetta, dijo que Washington “dará todos los pasos necesarios” para proteger a los estadounidenses de la amenaza de estos grupos en Argelia y en toda la región.
Refiriéndose a la crisis ocasionada por el suceso, Panetta dijo este sábado a la televisión en Londres que EE.UU. ayudará a otros países a prevenir que los islamistas establezcan una base en la zona, y subrayó que el propósito es impedir que al Qaeda pueda llevar a cabo ataques como este.
La víspera, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, dijo estar “profundamente preocupada” sobre la crisis de los rehenes, en ese momento en desarrollo, y pidió al gobierno de Argelia hacer todo lo posible por salvar las vidas de los secuestrados.
El comentario tuvo efecto en momentos en que la prensa argelina informaba de al menos 12 ciudadanos de ese país y varios extranjeros muertos en el primer ataque del ejército contra los islamistas en la planta.
Tarde el viernes, funcionarios confirmaron en Washington que entre los muertos figuraba el estadounidense Frederick Buttaccio. Previamente, la agencia APS había dicho que casi 100 extranjeros capturados por los islamistas habían sido liberados, y no se sabía la suerte corrida por más de 30.
Entre los rehenes había ciudadanos de EE.UU., Gran Bretaña, Japón, Noruega, Rumanía, Filipinas, Francia, Malasia y Austria.